Escribir para domesticar el caos

Hay un capítulo en el libro de Csikszentmihalyi sobre la creatividad en el ámbito de la escritura. Me gustaron las palabras de la poeta Hilde Domin quien decía que «escribir honestamente es construirse una defensa contra ser programado». Pensé en el libro de Rushkoff y mentalmente añadí la vertiente de «desprogramación» a la reflexión del otro día sobre blog y aprendizaje autodirigido. Y ahora que lo vuelvo a pensar, la desprogramación es la otra cara del empoderamiento.

Otra cosa que me enseñó este capítulo es el estrecho vínculo entre empoderamiento y la habilidad de ordenar las experiencias. La metáfora del poeta usando la forma y el estilo para ordenar su mundo y restaurar su control de los acontecimientos, me parece potentísima para pensar la organización de empresas y proyectos. En el fondo, para organizar bien, se necesita una buena dosis de creatividad.

Blog y aprendizaje autodirigido

Al hablar del blog como herramienta para compartir conocimiento o para construir marca o identidad personal, en las conversaciones suele salir que el principal papel del blog está en el aprendizaje, en el «leer lo que escribo para saber lo que pienso». El blog es la herramienta por excelencia del aprendizaje autodirigido porque alberga el potencial de compartir. Ese potencial es importante porque es en el compartir donde culmina el aprendizaje. Pero para quien está al inicio del camino de desarrollar sus saberes en un tema, el mayor aporte del blog está en el «ajá, esto se pone interesante». Cuando empezamos un blog, no ha de preocuparnos quiénes y cuántos nos leen. La verdadera base para compartir conocimiento y construir identidad es, y esto vale para cualquier edad, pasarlo bien jugando con el blog.

Complificación

Después de terminar los estudios, uno de mis amigos de la carrera encontró su primer trabajo de comercio exterior en una gran empresa de petróleo de Centroeuropa. El nombre de su puesto era complificador, y a todos nos hizo mucha gracia esa honestidad tan asombrosamente directa por parte de quien había decidido ese nombre. Ahora he vuelto a encontrar el concepto de complificación en un texto académico para explicar el aumento de especialización en una economía.

Con el tiempo, las actividades y los procesos realizados antes internamente por una sola entidad económica, se transforman en especializaciones separadas que a menudo se externalizan. Giarini se refiere a este incremento de especialización como «complificación».

El texto continúa diciendo que la complificación sucede no porque las actividades sean cada vez más complicadas sino porque el marco que se está usando para su organización cada vez es menos útil y más un estorbo. En este caso concreto, lo que es complificación en una concepción de marketing centrada en la colocación de productos físicos en distintos segmentos de mercado, deja de serlo en un marco en que vemos personas intercambiando servicios –es decir, habilidades y conocimientos aplicados– por los servicios de otras personas. Un marco con mucho más sentido.

El consumidor principito

Me gustó mucho este estudio de 2004 sobre marketing y su nueva lógica dominante que emerge de la mano de la Red. Lógica en la que todo es un servicio y los bienes materiales se conciben como mecanismos de distribución para la provisión de servicios. En el fondo, lo que se intercambia son habilidades por otras habilidades. Así, habla de que la unidad fundamental de intercambio son habilidades y conocimientos aplicados y que la elección del consumidor hoy en día es entre servir a sí mismo, desarrollando las competencias necesarias, o ir al mercado a buscar el servicio que requiere. Y a menudo elegirá ir al mercado, pero lo hará ya como Principito, con el firme deseo de domesticar relaciones.

Erasmus para todos

Según nota de prensa de ayer de la Comisión Europea, el programa «Erasmus para todos» para el período 2014-2020 «reunirá todos los actuales mecanismos internacionales y de la UE en el ámbito de la educación, la formación, la juventud y el deporte, sustituyendo siete programas existentes por uno».

El naming: respecto al «para todos» no puedo sino acordarme de la presidenta para todos y lo mal que se lleva el «para todos» con la desintermediación y la personalización del aprendizaje, lo único que funciona. En cuanto a que «Erasmus» se haya comido las demás marcas como Leonardo, Comenius y Grundvtig, era previsible. (Aunque no pueda evitar que me parezca un empobrecimiento, seguramente por los cinco años que trabajé en Agencias Leonardo).

Algunos datos del futuro programa «Erasmus para todos» (pendiente de ser aprobado por el Parlamento Europeo):

  • Hay un incremento del 70% del presupuesto frente al período anterior (2007-2013).
  • Dos tercios del presupuesto se destinarían a becas de movilidad.
  • Dentro de éstas, las becas de aprendizaje en el extranjero para estudiantes de FP de Grado Medio podrían duplicarse y las de las «personas en el mercado laboral» aumentarse ligeramente.
  • El número de lo que ya conocemos como «beca Erasmus», sea para estudiar o de prácticas, se aumentaría en un 30% (siempre relativo al período anterior).
  • Se aumenta el número de becas para y desde fuera de la UE, pero sólo en la educación superior.
  • Para las instituciones educativas y las empresas habrá oportunidades de cooperación en forma de «asociaciones estratégicas», «alianzas de conocimiento» y «alianzas para las competencias sectoriales».

En mi opinión, el detalle más interesante respecto a las «becas de movilidad» será si la gestión y la toma de decisiones respecto a qué, dónde y cómo aprender se traslada a la persona o se mantendrá ligada a las instituciones. En varios ámbitos que cubre el programa tendría mucho sentido lo primero.

Contextos e identidades en el sector de la madera

Estoy cartografiando el tejido productivo de muebles en Europa. Diseño, compra de materiales y fabricación. Por el camino me encuentro con perlas relacionadas con la identidad de las empresas que apetece traer aquí. Porque, desde que leí Identity economics, sé que una empresa sólo puede funcionar bien si los trabajadores se identifican con ella y cuando la consecución de sus objetivos está prácticamente codificada en sus normas. Es importante, por tanto, fijarse en qué y cómo comunican las empresas sobre su identidad y valores, antes de ponernos en contacto para una colaboración, un trabajo o unas prácticas.

He aquí, por ejemplo, identidad y valores alrededor del diseño y fabricación de sillas:

En Gärsnäs, pensamos que lo que hacemos es importante y tiene un papel significante en la sociedad. Los muebles deben durar, ser hermosos y hacer sentir bien a las personas. Deben inspirar un sentido de la felicidad. Estamos sentados gran parte de nuestra vida – cuando trabajamos, estamos de reuniones, cuando comemos. De modo que cuando nos sentamos, debe ser acogedor. Gärsnäs hace mucho más que sillas y sofás pero nuestra historia está muy vinculada a las soluciones de asiento.

Qué juego daría en español el «sienta bien» para este caso ¿verdad? En otra empresa, en cambio, nos encontramos con una confesión en toda regla:

Los productos de LEKA son principalmente para niños pero creo que sólo es nuestra excusa para poder hacerlos. Para mí son esculturas. Antes diseñaba con textil y me acerco a los muebles con ojo de «hombre textil» Pienso en tejidos cuando hago los esquemas de colores y en alguna parte pienso que consigo hacer productos que son táctiles y apetitosos cuando otros diseñadores de muebles «de verdad» están tan entusiasmados con la tecnología que al final el diseño resulta frío y aburrido. Pienso que esta es la fortaleza de LEKA. Un enfoque de diseño ligeramente diferente.

Este segundo caso es, además, un ejemplo de transparencia que ya les gustaría a empresas que la incluyen entre sus valores pero escriben las entradas de su blog como «admin». Escrito, además, en un inglés que seguramente no fue revisado, pues ya sabemos que nunca el idioma es obstáculo para conseguir lo que uno quiere.

El coste de una plaza

Muchas instituciones que ofrecen oportunidades de prácticas en el extranjero, de las cuales las becas Erasmus y Leonardo da Vinci son las más conocidas, las ofrecen como «plazas». Anuncian, por ejemplo, «30 plazas de prácticas, 10 en Alemania, 10 en Francia y 10 en Polonia». A continuación, abren un proceso de inscripción, seleccionan a los participantes, les compran el pasaje, los envían en avión, les informan sobre su programa para la estancia, los inscriben en cursos de idiomas, los colocan en empresas, los traen de vuelta y les entregan un certificado que dice que «han realizado prácticas en Alemania».

La institución que ofrece la oportunidad Erasmus o Leonardo –un centro educativo, un ayuntamiento, etc.– a veces no sabe cómo gestionarla o no quiere hacerlo, de modo que contrata una empresa especializada que sí la sabe y quiere gestionar. Eso sí, sólo gestiona la parte que corresponde al «envío», como la selección de los participantes y la compra de los pasajes de avión. La otra parte, la de «acogida» la lleva una empresa, también especializada, que está en el lugar de destino y tiene acceso a «empresas de prácticas» y alojamientos.

Estas dos organizaciones, a veces llamadas intermediarias, toman la mayoría de las decisiones importantes: quién será seleccionado como participante, en qué lugar realizará las prácticas, en qué empresa lo hará, cuándo viajará, cómo viajará, qué tareas realizará, cuándo volverá. Intentan, por supuesto, ajustar estas decisiones a las necesidades de los participantes. Si no lo consiguen, no es porque no lo quieran o no se esfuercen, sino porque es muy difícil, si no imposible, personalizar los itinerarios si las posibles empresas de prácticas están limitadas a las que esa organización intermedia conoce. Del mismo modo, los alojamientos están limitados a los que tienen acuerdo con la organización intermedia. Las ciudades de destino, limitadas a las ofertadas dentro del proyecto. Los cursos de idiomas, también limitados.

Este tipo de limitaciones hace 20 años no las habríamos percibido como tales, porque sin la intermediación habría resultado demasiado difícil que nos aceptaran como aprendices en empresas extranjeras. Hace 20 años la intermediación abría oportunidades. Hoy en día, a menudo las limita. En los tiempos de Internet esa limitación, si estamos dispuestos a invertir esfuerzo en descubrir las cosas por nuestra cuenta, podemos considerarla innecesaria y superable.

Por supuesto, la ganancia en comodidad la sigue aportando el modelo de gestión con intermediación. Sin embargo, esta no siempre es mayor que las dos principales pérdidas que a menudo implica.

Según ese modelo de gestionar prácticas Erasmus y Leonardo, el que debería ser el principal interesado en el proceso de aprendizaje según las reglas del mundo en red, es decir, la persona que aprende, apenas toma decisiones y asume responsabilidades. Puesto que el que asume responsabilidades –el que hace las cosas– es el que más aprende, la primera pérdida es en aprendizaje. El participante aprende considerablemente menos de lo que podría aprender si tomara las riendas de la organización de su estancia y de su propio aprendizaje.

Los intereses de la organización a la que la persona pertenece –su centro educativo, su ayuntamiento, etc.– y de la empresa que la acoge en prácticas, supuestamente los otros grandes concernidos del proceso, quedan diluidos puesto que apenas hay relación entre las dos. La pérdida para ellos –la segunda pérdida, ya que lo hemos empezado a enumerar– es en creatividad e innovación organizacional que podrían obtener si fueran los gestores de las relaciones y las interacciones en el proyecto.

A las finales, las que más aprenden y más innovación ganan por el camino, son las organizaciones intermedias que se encargan de gestionar las prácticas Erasmus y Leonardo. Esto no es ninguna sorpresa: el que más cosas hace y más responsabilidad asume, obtiene más beneficios.

Finalmente, hay un tercer motivo por el cual quizá no merece la pena sacrificar la autonomía a cambio de la comodidad. Durante este tipo de estancias en el extranjero, los participantes, si no están de acuerdo con las decisiones sobre su estancia, sienten que lo único que pueden hacer es quejarse y pedir cambios. Y es cierto, es lo único que se puede hacer si renunciamos a ser el dueño y protagonista de nuestro proceso de aprendizaje. Los que son buenos negociadores, conseguirán cambios pero, de nuevo, ¿por qué no tomar las riendas desde el principio? No me digan que es por falta de herramientas y recursos.

Una solución de la organización de las prácticas en el extranjero que esté a la altura del siglo 21, pasa por que las personas y las instituciones asuman las tareas y responsabilidades que conlleva la organización y, a cambio, accedan al mando de control del aprendizaje itinerante. Como resultado, la persona aprenderá muchísimo más mientras que las instituciones ganarán en innovación y creatividad. La inversión económica generalmente será menor y se aprovechará en todo su potencial.

:)

El equilibrio entre desafíos y competencias

Como complemento del post del otro día sobre qué hace que disfrutemos con el trabajo, he retocado la imagen prestada de evalottchen para dejar sólo la gráfica que muestra el equilibrio entre desafíos y competencias. El resultado de este equilibro es el canal, distinto para cada persona, donde se produce el aprendizaje fluido, el trabajo realizado de buena gana. El canal del hacker.

El canal del aprendizaje fluido