LDS o la psicodelia del Learn-Do-Share

Siempre me ha gustado que en Bikram Yoga a uno no le clasifiquen por niveles y que todas las clases sean para todos. Nunca he oído a nadie quejarse de esto.

En todas las clases hay aprendices, practicantes y maestros – estas categorías me las presto de Homo Competens, me parecen claros, sencillos y elegantes. A los aprendices se les pide que se pongan atrás para poder ver a los practicantes. Éstos se ponen delante no sólo para que se les vea sino porque les sirve más observarse a mí mismos en el espejo que mirar a los otros. Y maestros no sólo son los profes: los que llevan años de práctica pueden ser un estímulo para los nuevos. Les cuentan, por ejemplo, lo que tardaron en no caerse del arco de pie.

En clase de yoga hay LDS – sigo prestando cosas de Homo Competens -, es decir, se aprende (Learn), se practica (Do) y se comparte (Share) a la vez. Y es psicodélico.

Clase de Bikram

Comprender la globalización a través de las ciudades

La  leemos y escuchamos a diario en los medios, sabemos que nos afecta, que está estrechamente relacionada con la crisis económica (vaya, otra palabrita que necesita más de una mirada detenida) pero ¿hasta qué punto comprendemos el significado de lo que llamamos globalización?

En su libro Una sociología de la globalización (en parte disponible en Google Books), la socióloga Saskia Sassen argumenta que, para estudiar la globalización, hacen falta nuevos marcos conceptuales y uno de ellos lo constituye la ciudad global. La ciudad global es un terreno donde los procesos de globalización se materializan y se localizan. Se diferencian de las antiguas capitales de imperios en que no existen como entidad por sí misma, sino por su conexión con otras ciudades. En el libro, la autora recuerda las cinco hipótesis para explicar la importancia de las ciudades en los procesos económicos globales que ya expuso en un libro anterior The global city: New York, London, Tokio (enteramente disponible en Google Books):

#1 La dispersión geográfica de las actividades económicas de las empresas alimenta el crecimiento de las funciones centrales, los niveles altos de gestión. Es decir, cuanto más dispersos son las operaciones, más complejas y estratégicas las funciones centrales.

#2 Estas funciones centrales se vuelven tan complejas que las empresas empiezan a tercerizarlas a empresas de servicios.

#3 Las empresas de servicios se benefician de las economías de aglomeración que ofrecen las ciudades como centro de información gracias a la combinación de empresas, talento y experiencia.

#4 Cuanto más tercerizan las empresas su funciones más complejas, más libertad tienen por optar por cualquier ubicación ya que los trabajos que siguen realizando en la sede central ya no requieren de las economías de aglomeración.

#5 Las empresas de servicios necesitan ofrecer un servicio global, de modo que acaban por formar una red internacional de filiales que, a su vez, fortalece las redes y las transacciones entre ciudades. El proceso se alimenta a sí mismo.

En el libro, de 2007, Sassen afirma que hay unas 40 ciudades globales. Desde entonces, en 2008, Foreign Policy, basado en parte en la producción teórica de Sassen, elaboró una lista de 60 ciudades globales que aquí reproduzco desde la web de A.T. Kearney (después de leer su Legal Disclaimer, entiendo que puedo hacerlo).

Global City Index 2008 Summary Table

Para el ranking han utilizado 24 métricas según cinco dimensiones sobre las cuales tenéis más información en la web de la consultora. Madrid, por ejemplo, está en la posición 14 pero, si sólo miramos la dimensión del intercambio de la información (medida mediante las publicaciones internacionales, la cobertura de noticias internacionales y la penetración de banda ancha, entre otros), es la novena. La lista también reafirma a Sassen en que el fenómeno de las ciudades globales «quiebra en parte la antigua división entre Norte y Sur en tanto construye una geografía de la centralidad que incluye importantes ciudades del Sur aunque su ubicación en la jerarquía global sea modesta».

Para terminar, me habría gustado dejar aquí una foto más personal de Saskia Sassen en el salón de su casa con su esposo Richard Sennett (al enfrentarme a textos de este calibre, me ayuda conocer un poco el lado personal del/a autor/a…)  pero en este caso entiendo que no puedo hacerlo, así que os dejo con el enlace al artículo del The New York Times.

El nuevo orden del orden: adiós al «todo en su sitio»

El problema es que estamos abarrotados de información
¿De dónde saco yo tiempo para los 1.500 artículos al dia que llegan a mi lector de feeds?

Estas frases reflejan uno de los problemas que percibimos los humanos a los que nos ha tocado vivir en la Era de la Información pero que seguimos disponiendo de sólo 24 h al día.

Y  entonces leo en el libro La Alquimia de la Multitudes de Francis Pisani y Dominique Piotet (Paidós Editorial, 2009, 25 eurazos o disponible online en francés) que «cuanta más información tengamos, más eficaz será el orden«. Están hablando de las folcsonomías, un «nuevo tipo de organización de la información» distinta a las tradicionales taxonomías. Recurren a David Weinberger, filósofo y uno de los autores del Manifiesto Cluetrain (le debemos lo de «los mercados son conversaciones») para explicar las características de las folcsonomías:

  1. Se presentan bajo la forma de montones de hojas y no de jerarquías tipo árbol
  2. En vez de diseñarse de antemano, se desarrollan sobre la marcha
  3. No pertenecen a nadie y no están controladas ni centralizadas por nadie

Weinberger es autor del libro Everything is Miscellaneous, The Power of the New Digital Disorder (Todo es diverso, el poder del nuevo desorden digital). La introducción y el primer capítulo están disponibles en inglés en el blog del libro y ofrecen, lo he comprobado, una experiencia de lectura estupenda.

«La solución a la sobreabundancia de información es añadir más información» afirma Weinberger y, efectivamente, es lo que hacemos cuando etiquetamos nuestras fotos en Flickr o Facebook. En el mundo físico, una foto sólo puede estar en un sitio concreto de un álbum concreto. En el mundo digital, puede estar en varios sitios a la vez. Adiós al «todo en su sitio». En el nuevo orden del orden «todo es diverso»: la foto que yo etiqueto como «la boda de Miguel» otra persona la puede etiquetar como «momento embarazoso» o «baile ritual». Y ninguna es mejor que la otra porque una de las consecuencias del nuevo orden del orden es que «debemos deshacernos de la idea de que existe una forma mejor que las demás de organizar el mundo».

Esto tiene otras y bien profundas consecuencias en las instituciones que tradicionalmente tienen la autoridad de clasificar el mundo. El nuevo orden del orden «hace que cambie nuestra percepción de cómo está organizado el mundo y – más importante aún – de quién tiene la autoridad de ordenarlo.»

«Barra libre» de medios sociales en clase

Hablando del uso de la web 2.0, «algunos de los chavales están adelantados a sus profesores, pero la mayoría no lo está».  Así, de modo muy resumido, argumenta Howard Rheingold, profesor universitario y acuñador del témino comunidad virtual,  la necesidad de enseñar el uso de los medios sociales en clase.

«Totalmente libre, tanto en el sentido de free speech como en el de free beer.» Y así introduce Rheingold el entorno virtual Social Media Classroom (SMC), un servicio web que integra una serie de medios sociales para utilizar en cualquier asignatura. Se trata de un entorno basado en Drupal, un sistema de gestión de contenidos de código libre, e incluye foros, blogs, comentarios, wikis, chat, marcadores sociales, microblogging, RSS, compartición de imágenes e vídeos, widgets y más cosas propias de la web 2.0. Os lo cuenta él (en inglés y en su original y divertido estilo) en este vídeo de ocho minutos:

[blip.tv ?posts_id=1193087&dest=-1]

Rheingold dice que «el poder de usar los medios sociales en procesos de aprendizaje NO viene de que hacen las formas de comunicación tradicionales (discusiones en clase, lectura de textos, exámenes) más efectivas». (Al leer esto, recordé el estupendo vídeo brasileño «Tecnología o metodología«, de apenas tres minutos, que seguro que muchos ya conocéis.)

El poder de estos medios, dice «deriva de que permiten formas de comunicación y comportamiento social que antes sólo eran accesibles para un élite muy reducido». En los foros es posible mantener discusiones multimedia con la participación de muchas personas y durante largos períodos (¿cuántas discusiones de este tipo recordamos de nuestros años en la universidad?); a través de los blogs los estudiantes aprenden a expresarse usando sus «voces individuales», filtran información, difunden conocimiento y también interactúan con el público en forma de comentarios (¿a cuántos nos supone un problema argumentar bien sobre un tema y en público?); en los wikis crean documentos y conocimiento de modo colaborativo (¿cuántos lo hemos hecho antes de que Gregorio nos lo pidiera?); con los marcadores sociales «coleccionan» conocimiento de modo simple y con el enfoque «de abajo hacia arriba» (un enfoque que a todos nos gusta pero ¿sabemos practicarlo?); el microblogging y el chat son canales de comunicación síncronas que se pueden usar para fines específicos.

Bien, pero las herramientas que facilitan estas formas de comunicación ya existen, pensé, ya que se pueden crear blogs en WordPress o Blogger, hacer microblogging en Twitter, compartir marcadores sociales en Del.icio.us, etc. Por qué crear otro entorno nuevo, por qué otro software, me preguntaba.

Pues, la idea de crear este entorno le surgió a Howard Rheingold al enseñar las asignaturas de comunidad virtual y periodismo digital en las Universidades de Stanford y Berkeley. Al pedir a sus estudiantes (universitarios y que, como él dice, «no se suelen alejar más de un metro de sus portátiles») que creen un blog y editen una wiki, vio que éstos se agobiaron. Entonces, en 2008, creó este entorno uniforme de medios sociales a utilizar en procesos de aprendizaje grupales (y no sólo para aprender sobre medios sociales sino para utilizar por cualquier profesor que quiera usar en enfoque pedagógico más participativo).

¿Os imagináis aprender así? En la UOC lo estamos haciendo pero ¿os lo imagináis en la universidades que no sean a distancia, o desde secundaria e incluso desde antes?

Lo que a mí me concierne, a los 30 años y después de aproximadamente un año utilizando más o menos de manera activa (aunque no siempre reflexiva) la web 2.0, creo que en un entorno así, hubiera disfrutado mucho más aprendiendo. Sobre todo porque utilizarlo es imposible con  profesores que no sean ellos mismos «2.0». Y para que lo sean, Rheingold creó, dentro del mismo entorno, un espacio llamado comunidad de práctica para ellos.

Un software bastante completito ¿no os parece? Me pregunto si existe algo parecido en castellano y si no, cuánto tardará en llegar. Y, después de leer el mensaje de Gregorio y el artículo de Eduard Punset sobre cuál será la próxima revolución, me pregunto si herramientas como ésta estarán en el día a día de los maestros después de la «reforma radical» de su profesión (¡y ojalá acierte Punset con su pronóstico!).