Destrucción creativa de antiguas identidades todoabarcadoras

En su libro Creative destruction: How Globalization Is Changing the World’s Cultures, Tyler Cowen describe el nacimiento de las redes identitarias transnacionales de la mano del comercio global, con ejemplos que van desde la música hasta la artesanía.

Otro de los ejemplos que trae es el «ethnic revival», el resurgimiento de culturas pequeñas, como las indígenas o las ligadas a idiomas como el galés, el yiddish o el vasco. Si bien pueden parecerse al nacionalismo, en realidad no se trata de un agarramiento a antiguas identidades todoabarcadoras y ligadas al territorio, ni de sus versiones imaginada como el nacionalismo, sino de lo que Cowen llama «narrow ethoses», identidades capaces de convivir con otras en una misma persona, generando pertenencias múltiples. Son identidades que cubren ámbitos selectos y cuidadosamente elegidos de la vida y para ello se alimentan de antiguas identidades ligadas al territorio, no para volver a ellas sino para transformarlas en algo nuevo, haciendo uso de Internet y las redes distribuidas. Un ejemplo cercano podría ser la transformación del elemento emprendedor de la antigua identidad vasca en la identidad representada por la red transnacional de los Basques, la cual forma parte de la identidad múltiple y diversa de muchas personas dispersas por el mundo, no porque su abuelo era vasco sino porque les aporta valor y lo eligen.

Imposible no darse cuenta de que este paseo por el libro de Cowen y la destrucción creativa de antiguas identidades todoabarcadoras —hoy en día seriamente limitadoras— nos lleva a revisitar, una vez más, los conceptos Caparazón y Esqueleto.

Taxista secuestra pasajera en Montevideo

El taxista pasó delante de la chica que estaba intentando parar un taxi en la esquina de Luis Alberto Herrera con Ramón Estomba, cuando de repente se lo pensó y dio un frenazo limpio seguido de una rápida marcha atrás. Él estaba de camino a dejar unas revistas en un almacén, y ella iba al aeropuerto. Como el almacén estaba medio de camino a Carrasco, pensó que la podía llevar consigo y así se daban conversación. La chica al principio no entendía el trato pero cuando captó que de ese modo no sólo iba a disfrutar de un rato charlando sino también dar un paseo gratis por partes desconocidas de la ciudad, le pareció irrechazable. De que fuera realmente un win-win, sólo se quedó convencida al llegar al aeropuerto.

Barreras comerciales

«¿No es necesario detener lo que, de otra manera, sería una inundación de productos extranjeros baratos, bajo la cual nuestra industria nacional se ahogaría? No, no lo es. Estados Unidos debería producir bienes y servicios no preguntándose lo que puede producir más barato que China, sino concentrándose en aquello que mejor hace. (…) las barreras comerciales (ya se trate de subvencionar a nuestros agricultores, de normas para la industria textil o de gravámenes sobre los televisores) perjudican tanto a los chinos como a nosotros. No importa si los chinos realmente son mejores que nosotros fabricando cualquier cosa: ellos deberían limitarse a producir todo aquello que su economía produce de una manera más eficiente. Mientras tanto, nosotros, a pesar de que, aparentemente, somos peores en todo, deberíamos limitarnos a producir aquello en lo que somos menos malos.

(…)

Las barreras comerciales siempre provocarán más daños que beneficios, no sólo al país contra el cual se levantan estas barreras, sino también al país que las levanta. No importa si otros países eligen imponerse restricciones a sí mismos, nuestra situación es mejor sin ellas.»

Tim Harford: El economista camuflado

Moka puro

Terminado el primer libro de Tim Harford, que recibí de regalo de cumpleaños este año después de que, hace cuatro, se lo regalara a un amigo sin haberlo leído, me he quedado pensando largo rato sobre el café, preguntándome por qué El Palacio del Café en Montevideo lo puede vender al doble de precio que lo hace Cafés Pozo o La Mexicana en Madrid.

En dicho libro he leído, por un lado, que en el mercado mundial del café nadie tiene poder de escasez —se produce demasiado café— y, por otro lado, que el café sin procesar se encuentra relativamente libre de aranceles —los países en los que más se consume no pueden producirlo, ergo no ponen barreras—.

Parece entonces, que el porqué de los 300 pesos el kilo del café rico y recién molido en Montevideo, se han de buscar en otra parte. Según el libro, debo insistir en comprender los patrones de escasez que hacen que el café bueno, tostado natural, en Montevideo cueste el doble que en Madrid.

Y es cuando caigo en que el nicho del café gourmet, un mercado pequeño pero en crecimiento, en Montevideo lo ocupa un sola tienda. La que lo vende a 300 pesos el kilo.

Para no demorarme más, lo importante, a corto plazo: sin quitarle encanto y virtudes al mate, que los tiene, y muchos, ¡volvemos a tener café bueno en Escardó!

Generación artificial de escasez: el mercado sueco de cervezas

«Un grupo de doce funcionarios suecos, expertos en cerveza, efectuaron la selección a través de una cata ciega, sin conocer el origen ni, por supuesto, el fabricante.» El resultado de tal escenificación de la generación artificial de escasez fue la elección de la cerveza que representará la categoría latina de cervezas en las 430 tiendas controladas por el gobierno de Suecia.

Emprendimientos vinculados a las Escuelas Técnicas de Uruguay

Durante nuestras primeras dos semanas en Uruguay hemos descubierto el potencial de la Red Emprender a través de las personas que la promueven. Esta red apoya a lo que acá en Uruguay han venido a llamar «emprendimientos dinámicos» (potencial de crecimiento rápido y de exportación, unida a la posibilidad de convertirse, al menos, en empresa mediana) y centra su actividad en la élite, en el sentido de que está principalmente en la capital, Montevideo, y está articulada por universidades en un lugar donde sólo el 3% de la población llega a la universidad. Como siempre, hay excepciones que confirman la regla, ya que la Universidad de la República enfoca sus servicios de modo que sea fácil que se incorporen personas sin estudios universitarios.

También conocimos las actividades de Ashoka Uruguay, que opera en el ámbito del las «empresas sociales». Para éstas, de paso, he pensado una nueva definición: empresas que ofrecen servicios a comunidades imaginadas por el estado pero a los que el estado no logra llegar a través de la administración pública de ahí que los apoya ya sea directamente ya a través de organizaciones internacionales, aunque siempre con una cantidad menor de lo que le costaría proveer el servicio mediante su propia estructuras.

Ahora, a través del periódico La Diaria (cuyo administrador es, por cierto, un Ashoka Fellow) conocemos el apoyo al emprendizaje que no es ni «dinámico» ni «social» en el sentido Ashoka, sino es lo que podríamos denominar «de base» o artesano y que está ligado a las Escuelas Técnicas, antes llamadas Universidades de Trabajo. Es el tipo de emprendimiento que cubre, por ejemplo, la necesidad —algo que nosotros detectamos nada más aterrizar en Montevideo— de productos para celíacos.

El programa lo promueven la CND y la ANII —la primera presente también en la Red Emprender— más el Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP) y la Dirección Nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas (Dinapyme). Es una especie de preincubación en cinco etapas: (1) difusión en todas las Escuelas Técnicas, (2) capacitación mediante talleres para elaborar un plan de negocios, (3) elaboración del proyecto (4) evaluación de la propuesta técnica, la viabilidad económica y la capacidad de emprendimiento de los integrantes del equipo y su nivel de compromiso y (5) trabajo con tutores para el arranque del proyecto.

El programa está ligado a un concurso de premios anual, con las debilidades del rankismo pero útil para la difusión ya que dio origen a la noticia en La Diaria.

El grupo de los últimos premiados comprende un cafetería que vende dulces caseros —cuyas fundadoras aspiran a sumar a sus propias madres en la fabricación de panes, tortas y empanadas—, dos locales de venta de productos para celíacos, un vivero de especies autóctonas que una estudiante ha montado en su propia casa y del cual dice «que si no alcanzaba para ganar plata por lo menos podía ayudar, pero ahora veo que va a dar», una empresa de prevención de riesgos laborales, un taller de joyería artesanal de piedras, una empresa que comercializa una máquina envasadora y selladora integrada para grano húmedo y, finalmente, otra que comercializa lo que sus creadores describen como una “bicicleta fija de gimnasio que tiene adosado un sistema de poleas que lo que hacen es mover un generador que es un alternador y almacena la energía en una batería; después la energía pasa por un inversor que la pasa de 12 voltios continua a 220 alterna, que es la que hay en una casa» y aquí cabe recordar que en el interior de Uruguay todavía hay zonas sin electricidad.

Estos proyectos empresariales se diferencian de los de la Red Emprender en que no tienen un alto grado de componentes tecnológicos y tampoco un potencial de crecimiento y de exportación extraordinario. Se distinguen también de los proyectos de Ashoka ya que articulan productos y servicios claramente dirigidos a la comunidad real de los impulsores de cada proyecto, en lugar de estar enfocados a comunidades imaginadas abandonadas por el estado. Son el tipo de emprendimientos viables y llenos de sentido al que la mayoría de la población tiene acceso y que, mucho más que a universidades, están vinculadas a Escuelas Técnicas, a la formación profesional desprestigiada en la época industrial que, en mi opinión, puede convertirse, dada su relación directa con la producción, en potente motor de la cultura de emprendimiento en la era de las redes distribuidas y del conocimiento.

Llega la electricidad a los pueblos del interior y lo hace de la mano de Internet

El significado del Plan Ceibal, con su apuesta de que cada alumno y cada maestro de las escuelas públicas de Uruguay reciba de forma gratuita una computadora portátil con conexión a Internet, representa para nosotros, desde que existe, uno de los motivos para estar en Uruguay y que tiene relación con la ya anunciada decisión histórica de la víspera del 23. Una apuesta tan fuerte, y que se dirige directamente las personas, sólo puede traer cosas buenas, hemos pensado siempre. Esta mañana nos enteramos, además, de que, el afán de asegurar que no haya niño alguno sin conexión en la Banda Oriental, ha tenido impactos secundarios tan excepcionales como la llegada de la electricidad a pueblos del interior que antes no tenían acceso a ésta. Cuando la electricidad llega directamente de la mano de Internet, ¿no se nos presenta, acaso, un maravilloso escenario para los futuros que vienen?

Aversión al riesgo

El viejo George Orwell lo entendió todo al revés.

El Gran Hermano no está mirando. Está cantando y bailando. Está sacando conejos de una chistera. El Gran Hermano está ocupado en reclamar tu atención a cada momento que pasas despierto. En asegurarse de que siempre estés distraído. En asegurarse de que permanezcas abstraído.

En asegurarse de que se te marchite la imaginación. Hasta que sea tan útil como tu apéndice. En asegurarse de que tu atención siempre está ocupada.

Y esta forma de ser alimentado es peor que ser observado. Si el mundo te mantiene siempre ocupado, nadie tiene que preocuparse por lo que tienes en mente. Si la imaginación de todo el mundo está atrofiada, nadie más será nunca una amenaza para el mundo.»

(Chuck Palahniuk: Nana)

Escasez y abundancia en los mercados de trabajo

El mismo día y en el mismo periódico aparecieron varios artículos cortos sobre casos concretos de búsqueda de empleo, repletos de frases como «estoy dispuesto a volver a aceptar una beca», «ahora busco cualquier trabajo», «ahora busco lo que salga», «estoy buscando de cualquier cosa».

Casos, no sólo de búsqueda de trabajo, sino de búsqueda desesperada de trabajo. Unos días más tarde supimos que, según «los jóvenes españoles», la consultora Accenture es la mejor compañía para trabajar.

¿El link entre las dos noticias? La necesidad de las empresas de una oferta de trabajo dispuesto a trabajar para ellos en condiciones de precariedad. Una oferta que, además, tiene que ser constante ya que la precariedad lleva al agotamiento y al abandono rápido de la empresa. Este es el motivo de que a las personas se les envíe el mensaje de que no les queda otro, incluidos los que anteriormente ya habían creado una empresa. Ese mercado de trabajo, el del capitalismo de amiguetes, obedece a la lógica de la escasez.

Los que se creen este mensaje seguramente también crean que para emprender hay que tener una idea que es la bomba y del cual luego nace una empresa. Los últimos días hemos estado hablando con personas que se dedican al apoyo del emprendimiento en Montevideo. No podrían haberlo dejado más claro que esto no es así por la razón de que el emprendimiento empieza con la persona. Ésta, como la piedra que se va puliendo, se va empoderando hasta llegar a esa idea con la que, paso a paso, entra al mercado. Sólo que esta vez se trata del mercado ordenado según la lógica de la abundancia en el que hay tarea para todos.

Dos mujeres secuestran taxista en Montevideo

Aprovecharon el momento en que una anciana bajó del taxi para ocupar los asientos de atrás del coche y conseguir que el taxista les llevara de camino a la Tienda Inglesa. Fue a la mitad del camino que el taxista les confesó que él en realidad preferiría estar en otro sitio. Añadió suplicante que fue un error llevarlas porque las consecuencias de no estar donde tenía que estar, podrían ser incómodas para él. Conforme iban avanzando, el hombre pasó otro momento de crisis cuando se dio cuenta de que se le había olvidado iniciar el contador. Pese a todo, las dos mujeres no lo liberaron hasta después de llegar al sitio que le habían indicado. En su favor se ha de considerar que le ayudaron a estimar el precio del trayecto y se lo pagaron antes de soltarlo.