Suma de todos los malentendidos que se concentran alrededor de un nombre.
Palabras de Rainer Maria Rilke que cita Stefan Zweig en su libro El mundo de ayer.
Suma de todos los malentendidos que se concentran alrededor de un nombre.
Palabras de Rainer Maria Rilke que cita Stefan Zweig en su libro El mundo de ayer.
Una pequeña colección de mis lecturas durante la semana.
Una pequeña colección de mis lecturas durante la semana.
Una pequeña colección de mis lecturas durante la semana.
Sí señores, el conocimiento en las empresas también tiene su larga cola. Y ese long tail muestra con bastante claridad lo que se pierde cuando se designan expertos de una área dejando fuera las demás voces. Es verdad que no vale lo mismo una experiencia de 10 años que 10 experiencias de 1 año pero este tipo de diversidad probablemente entre dentro de la diversidad deseable y con un buen enfoque de gestión del conocimiento sea beneficioso para las empresas.
El Cosmonauta ha sido para mí un poderoso recuerdo de las películas de Andrei Tarkovski que iba a ver nada más llegar a Budapest desde una ciudad mucho más pequeña y descubrir que existían los llamados «cines de arte». La estética es seductora, de sueño. El guión, sin embargo, se me queda corto para un largometraje. Me han dejado sin conocer a los protagonistas.
Una pequeña colección de mis lecturas durante la semana.
Habits in an individual’s life are a natural consequence of our neurology. When patterns emerge, the brain pauses fully participating in decision-making. (…) It is the same thing in organizations. A community is always a collection of routines and habits. (…) to make life easier and more predictable.
The problem here is that neither the brain nor the people in a tightly knit community can, in the end, tell the difference between a bad habit and a good habit.
Muy recomendable artículo de Esko Kilpi (vía Stephen Downes) sobre la importancia del reconocimiento de patrones y la creación de bucles de realimentación para corregir patrones que no sirven, tanto en la persona como en la empresa y otras comunidades. El mix de soluciones que identifica —a combination of sensors, big data and quantified-self technologies— es todo un reto por la línea tan fina que separa autocontrol y control si el big data y la nube están de en medio.
Las Alertas de Google son un potente servicio para tareas de inteligencia de fuentes abiertas y digo potente tanto por la tecnología como su disponibilidad gratuita. Sin embargo, pertenece al tipo de servicios de Google que no son explotables vía publicidad. Al grupo al que pertenecía Google Reader, servicio de agregación de feeds que la empresa cerrará en pocas semanas.
Desde el pasado marzo podemos encontrar noticias sobre el empeoramiento del servicio. Personalmente no me había percatado pero muchos se quejan de recibir alarmantemente menos alertas de las que recibían antes. Comentan en el blog de Kanlli:
(…) las críticas por los fallos de Alerts no han venido únicamente de medios especializados sino de sitios tan diversos como The Guardian, ecoPress o The Financial Brand, que completaban los artículos ya existentes en los medios del sector: Mashable, Search Engine Land, Search Engine Roundtable.
Por otro lado, Alertas es un servicio técnicamente muy integrado con Reader. Al crear una alerta, el usuario sin cuenta de Google puede recibirla en un buzón de correo cualquiera.
Mientras el usuario con cuenta de Google y sesión iniciada, puede recibirla tanto en un buzón de correo cualquiera como por «Feed».
Ese «Feed» sin embargo no significa feed sin más. Al crear la alerta, Google no muestra (antes tampoco mostraba) el feed para que el usuario lo añada a su lector RSS, sino genera automáticamente una suscripción en Reader. Para llevar el feed a un lector cualquiera, es necesario buscarlo en la interfaz de administración de Alertas o Reader (también se obtiene exportando las suscripciones de Reader).
La pregunta es ¿hasta cuándo estarán disponibles estos feeds? ¿Qué pasará con ellos una vez cerrado Reader? Desde Google por ahora no contestan las preguntas. Viendo el track record que han ido acumulando en relación con los estándares libres, la cosa pinta mal con los feeds RSS en Alertas.
PD: No sé si es recuerdo o ilusión, pero diría que Google antes mostraba el RSS de las búsquedas. Ahora ya sólo lo hace cuando lo búsqueda es en la sección de «Blogs».
Una de las cosas que me suele llamar poderosamente la atención cada vez que miro posts y blogs corporativos y otros contenidos web que entran en la categoría de branded content, es la poca presencia e incluso la ausencia de hiperenlaces.
Se puede debatir por qué el hiperenlace, uno de los elementos más antiguos de la web, no tiene más presencia en los contenidos web de empresas y marcas. Entre las causas está probablemente la falta de experiencia de bloggers y editores –comprensible, pues aunque es tendencia, el marketing de contenidos al alcance de cualquier empresa no deja de ser muy reciente–, o el miedo a meter la pata –también comprensible, pues el mercado en un bicho complejo y, además, las personas que escriben o llevan el blog a menudo no tienen clara la estrategia detrás del mismo.
Sea cual fuera la causa de esta ausencia, hay razones para investigarla e intentar remediarla. Les daré tres: (1) mejorar la usabilidad, (2) crear conversaciones y (3) SEO.
Un texto es usable cuando la persona que lo lee –el usuario– lo puede comprender con facilidad. Esto requiere de un marco común de referencias con el usuario. Resulta que los hiperenlaces sirven justo para eso: para proporcionar contexto. En un entorno de abundancia informativa, cuando incluso las máquinas necesitan contexto, los humanos nos sentimos directamente perdidos sin él. Si lo que proporcionamos a nuestros usuarios es un sentimiento de estar perdidos, no nos leerán. Si, en cambio, les ofrecemos un relato coherente donde las piezas encajan, se engancharán.
Las conversaciones en el contexto del mercado son la gran promesa —aun no cumplida— de la Red. Todo el mundo las quiere, muy pocos las tienen. Bien, el hiperenlace es uno de los elementos más sociales de la web. Usado con arte, se convierte en generador de conversaciones con otros espacios de la web –de clientes, proveedores, empleados y otros stakeholders— que forman parte de nuestro mercado o que queremos que lo hagan. Para que estas conversaciones no caigan en la hipocresía o la estupidez colectiva, nada mejor que echar mano del sentido de humor y la ironía. Los aliados en esto: el lenguaje y… el hiperenlace. Si queremos convertir el Cluetrain en realidad en algún momento del futuro, créanme, necesitaremos más hiperenlaces y no menos.
Los blogs con contenido original y de actualización frecuente posicionan bien. Pero posicionan aun mejor si bloggers y editores hacen un buen uso de los hiperenlaces, tanto de los que apuntan fuera de nuestro dominio como de los auto-referenciales. Los enlaces son las piezas que dicen a los motores de búsqueda donde situar nuestro dominio en ese mar de redes y discursos que es la web. El hiperenlace es el contexto que aportamos junto al contenido, necesario tanto para los humanos como las máquinas al servicio de los humanos. El marketing de contenidos bien hecho es marketing de contenidos y contextos.
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Estos tres ejes del uso de los hiperenlaces –usabilidad, conversaciones, posicionamiento– también sirven para poner los contenidos web y en especial los blogs y posts propios o los de la competencia, bajo lupa, descubrir puntos débiles y pensar en cómo se podría hacer uso –o mejor uso– de los hiperenlaces. Las siguientes preguntas podrían ser un buen punto de partida para eso.
Una cosa más y termino. Elegir los hiperenlaces es divertido y aporta a bloggers y editores oportunidades de aprender. Usarlos de forma consistente pone en marcha bucles de realimentación que, a medio-largo plazo, ayudan a generar más inteligencia de mercado para la empresa siempre que –y esto nos devuelve a lo que comentamos al principio– bloggers y editores conozcan íntimamente la estrategia de negocio que hay detrás de la estrategia de contenidos.
Imagen: Iconmonstr