Llega la electricidad a los pueblos del interior y lo hace de la mano de Internet

El significado del Plan Ceibal, con su apuesta de que cada alumno y cada maestro de las escuelas públicas de Uruguay reciba de forma gratuita una computadora portátil con conexión a Internet, representa para nosotros, desde que existe, uno de los motivos para estar en Uruguay y que tiene relación con la ya anunciada decisión histórica de la víspera del 23. Una apuesta tan fuerte, y que se dirige directamente las personas, sólo puede traer cosas buenas, hemos pensado siempre. Esta mañana nos enteramos, además, de que, el afán de asegurar que no haya niño alguno sin conexión en la Banda Oriental, ha tenido impactos secundarios tan excepcionales como la llegada de la electricidad a pueblos del interior que antes no tenían acceso a ésta. Cuando la electricidad llega directamente de la mano de Internet, ¿no se nos presenta, acaso, un maravilloso escenario para los futuros que vienen?

Esa maravillosa aventura de emprender

El primer Día Garum salió extraordinario, con ponencias de Douglas Rushkoff, Monty Widenius, Rudy Rucker y José Ignacio Goirigolzarri totalmente fuera de lo común. Y me parece que la característica que unía a las cuatro charlas fue el fuerte compromiso personal de cada uno de los ponentes con lo que estaba contando.

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Target equivocado

Son pocos los funcionarios del Instituto Nacional de la Democracia y los Derechos Humanos de Turkmenistán, pero cada uno ha participado y ha vuelto a participar en cursos impartidos por encargo de distintos estados y organizaciones internacionales. Si la hipótesis es que los funcionarios formados por Occidente utilizarán el conocimiento transferido cuando llegue el momento, parece más razonable pensar que cuando realmente habrá cambios, raramente serán los funcionarios de un régimen desacreditado los que liderarán la transformación del sistema.

Nuevos lugares para el comercio

Pero en general era un lugar mucho más ordenado y predecible que el territorio por el que habíamos estado viajando durante la última semana. Y como acabé comprendiendo, se debía a que era un lugar para el comercio.

Las citas en este blog siguen procediendo de Anatema pero en el caso de ésta, existe un lugar real y concreto para descubrir cómo el comercio trae orden, cómo se pueden crear nuevos garum en los tiempos que corren y con la tecnología de la que disponemos: el primer día Garum, el 16 de febrero, en Bilbao.

La fraternidad de compartir un deseo de futuro

Al poco de terminar el post anterior con la idea de que vivir una trama propia requiere de un modo de vida como base de convivencia, estábamos comentado con Jose que, entre otras cosas por el propio funcionamiento del cerebro humano y del modo de generarse el conocimiento, sin esas bases es inevitable que uno acabe viviendo una trama que no es suya, para terminar hablando de la importancia de tener mitos y símbolos comunitarios. Junto al modo de vida, los mitos, los símbolos y las ceremonias nos sirven para fortalecer las bases sobre las que construir uno de esos futuros que vienen: el nuestro. Construir sin esas bases sería como medir sin teoría, convirtiendo la exactitud en lenguaje de la ciencia.

Ahora, una intensa semana después de aquella conversación, seis intensos meses después de mi primer post de itinerario y con una moneda de cobre que los indianos me entregaron para guardar, no podría estar más de acuerdo con que el modo indiano, interpretativo, de delimitar el campo de valores y crear así las bases, la fraternidad para construir, funciona. Ahora entiendo el alcance de la que desde el principio me ha parecido una de las interpretaciones indianas más sugerentes: la del politeismo. Porque quién soy yo para imponer una verdad a otro, pero sí soy yo, persona, para poder hacer una verdad propia.

¿Dónde viven los voluntarios?

Aparte de una presidencia de la Unión Europea capitaneado por el gobierno húngaro que, después de lo que se podría llamar un mal comienzo, seguramente seguirá volcando a la superficie los signos de la descomposición, 2011 también trae el año europeo del voluntariado.

La Comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía ha dicho hoy en Budapest que los voluntarios, que a cambio de su trabajo no esperan ni retribución ni reconocimiento, son los héroes verdaderos de Europa. El presidente del estado húngaro ha reforzado el mensaje diciendo que «voluntario es lo que se hace sin interés». Este discurso del voluntario como persona desinteresada y sacrificada (una imagen muy parecida, por cierto, al emprendedor social) se integra en el marco del beneficio económico del trabajo voluntario (según calcula la UE, supone el 5% del PIB y cada euro invertido en promover el voluntariado da un retorno de entre 5 y 8 euros) y en el de un paro juvenil que, cuantificado a nivel de la UE, alcanza el 21%.

Resulta curioso esta negación de la motivación e interés personal que mueve a las personas, también a los llamados voluntarios, a hacer cosas. La invisibilidad de la autonomía personal y comunitaria en un discurso que se supone va de la cohesión social, se comprende sin embargo cuando uno se da cuenta de que los voluntarios, igual que los jóvenes o los pobres, son habitantes de una comunidad imaginada que vive en el estado, instrumentos de lo que es nacionalismo hoy.

Mercado, comunidad y demos

Lo maravilloso de nuestra época es que el legado del capitalismo es una productividad tal que permite a las comunidades reales alcanzar la abundancia en más y más campos. Ese es el fondo verdaderamente revolucionario de nuestra época.

Estas palabras de David me han servido para relacionar la escasez con las identidades imaginadas y seguir comprendiendo el verdadero alcance de la lógica de la abundancia. Si bien la comunidad indiana es un espacio de relación social no mediada por la coerción, no todas las comunidades reales lo son. En condiciones de escasez es fácil justificar el autoritarismo o acabar suplantando las identidades reales por otras imaginadas tras los cuales una comunidad, esa sí real, esconde su voluntad de construir maquinarias sociales de poder. No hay más que pensar en el Dios de los judíos o en el de los musulmanes, ambos nacidos en el desierto. O en la incapacidad de concebir el mundo sin el estado porque se ve como una solución al autoritarismo de las comunidades religiosas (cuando, en realidad, el estado-nación no es más que otro tipo de autoritarismo y las personas siguen sin ser los protagonistas de sus propias vidas). Podríamos, en un ejercicio estimulante, identificar, en el caso de cada comunidad imaginada (la nación, la clase, el género, la humanidad, los pobres…) las condiciones de escasez que se pueden relacionar con su origen para llegar a un punto en la historia en el cual estas se transforman en la abundancia a la que se refiere David, y observar que ahora la escasez se genera artificialmente para perpetuar la estructura de poder subyacente. Y darnos cuenta de que, si se genera artificialmente, es porque tiene que haber otra opción distinta.

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Garum: mercados transnacionales para la globalización de los pequeños

En un mundo donde lo nacional no llega y lo internacional no funciona, cuyas libertades han de ser garantizadas y su economía desarrollada, el mito del Garum es un hermoso relato que nos muestra que el mercado, más allá del lugar donde se produce la compraventa, es, ante todo, un espacio de cohesión social. No nacional, ni internacional, sino transnacional.

De ahí lo acertado del objetivo de Garum Fundatio de «conseguir que toda aquella persona que quiera asumir los riesgos de creación de una empresa, con un proyecto plausible, tenga acceso a las herramientas y financiación para llevarlo a la práctica». El presidente de Garum Fundatio sabe que el juez que decide si un proyecto es plausible o no es el mercado, de modo que su primer proyecto es Bazar, una herramienta de software libre para generar mercados. Mercados transnacionales para la globalización de los pequeños, cuya gran oportunidad para acceder a espacios de abundancia y, por consiguiente, de libertad, está ligada a la estructura que ofrece una Red neutral y distribuida.

Vuelta a las ZTA

Zonas Temporalmente Autónomas es una fuente a la que es inevitable volver una y otra vez a lo largo del itinerario. La distinción que se hace entre revolución y revuelta me pareció una de las ideas más sugerentes del texto y que recordé al ver el documental Autonomía Obrera. Ahora, al detenerme en la página de la Indianopedia sobre la comunidad real, me fijo en que, en la península del siglo XVI, comunidad era sinónimo de revuelta en un contexto que evoca el mito de Croatán. Si las ZTA son espacios de relación social no mediada por la coerción, las comunidades reales sin duda, lo son también.

«L’État, c’est moi»

Si en los muchos eventos internacionales en los que he participado en los últimos siete años afronté las conversaciones tipo enmipaís-entupaís con resignación, en el último no he podido más que fijarme en lo absurdo de las comunidades imaginadas cuando aparecen formuladas en frases. Después de escuchar de los ponentes frases como «mi país es machista», «tenemos nueve volcanes» y «x por ciento logramos ingresar en la universidad», de qué extrañarse cuando las preguntas del público ya no van dirigidas a las personas sino… a estados-nación, claro. «Tengo una pregunta para Paraguay».