Vuelta a las ZTA

Zonas Temporalmente Autónomas es una fuente a la que es inevitable volver una y otra vez a lo largo del itinerario. La distinción que se hace entre revolución y revuelta me pareció una de las ideas más sugerentes del texto y que recordé al ver el documental Autonomía Obrera. Ahora, al detenerme en la página de la Indianopedia sobre la comunidad real, me fijo en que, en la península del siglo XVI, comunidad era sinónimo de revuelta en un contexto que evoca el mito de Croatán. Si las ZTA son espacios de relación social no mediada por la coerción, las comunidades reales sin duda, lo son también.

4 comentarios en «Vuelta a las ZTA»

  1. O al menos pueden serlo. Y la clave es la búsqueda y la posibilidad de la abundancia. En comunidades reales de tecnologías muy básicas y excedente mínimo tienden a generarse normas extremadamente restrictivas con su consiguiente represión: salirse de lo estrictamente obligatorio podría suponer poner en peligro la vida de muchos. El ejemplo nos lo dan los indios norteamericanos, los yanomami, las comunidades rurales de zonas secas, etc. muy idealizados por el discurso del «buen salvaje» versión eco-captura-sueños pero terroríficas cuando te pones a verlas de cerca.

    1. Ay, estaba envuelta del ambiente indiano cuando escribí esto olvidándome del ambiente del pueblo en que crecí y que tiene, o tenía, también rasgos de la comunidad real en condiciones de escasez.

      No conocía la historia de los yanomami pero sí recordé otra al leer tu comentario: la de los colonos de la isla de Sajalín retratada por Chejov.

      1. Sí, si lo piensas es esa experiencia de la escasez la que justifica el autoritarismo para «ganar escala», lo ves en toda la tradición hobbesiana pero estaba antes ya en el nacimiento mismo de los estados como constructores de obras públicas (en un origen irrigación) y capturadores de esclavos.

        Lo maravilloso de nuestra época es que el legado del capitalismo es una productividad tal que permite a las comunidades reales alcanzar la abundancia en más y más campos. Ese es el fondo verdaderamente revolucionario de nuestra época.

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