Igual que los músculos, las conexiones neuronales también se forman y se fortalecen en los límites, en la franja que separa lo cómodo de lo peligroso. Aprendemos en los límites, incluido el tiempo que nos lleva recuperarnos del casi-peligro, lo que tardamos en procesar el riesgo asumido. Un viaje como el passagium está lleno de esas lindes. Y así es como nos gusta, aunque sea agotador, porque vivir no es otra cosa que moverse, irse y nunca pararse. ¿Hay amenaza de desarmonía? Creo que no, porque lo que genera desarmonía es justo lo contrario, la inacción. Sí creo que hay un balanceo alrededor del equilibrio que es, sin embargo, parte ¿del Arte?
Autor: Bianka Hajdu
El inadecuado y restringido rótulo de «la cultura indígena»
«No hubo una cultura indígena. En realidad, hubieron varias y muy distintas: siempre prestas para responder a los cambios del medio, con nuevos cambios técnicos y culturales. Con habilidad para modificar no solo las herramientas, sino, también los sistemas de vinculación y organización entre sus miembros. Establecieron algunas veces asentamientos permanentes y otras, adoptaron la estrategia de pequeñas bandas de alta maniobrabilidad, gran velocidad de desplazamientos y reducido impacto ambiental»
Ahora que el futuro ha muerto, no deja de alegrarme que el pasado también lo haga. Por otro lado, siento una alegría parecida al recordar aquella frase de Jesús Martín Barbero que decía que «lo que desestabiliza el presente de su conformismo es el pasado».
El «Erasmus» para emprendedores
Desde 2009, cuando lanzó el programa con el que se proponía aplicar el éxito del Programa Erasmus a los jóvenes emprendedores, la Comisión Europea subvencionó 532 estancias con 560-1.000 € al mes para el joven emprendedor (persona que tiene un plan de negocio o una empresa ya establecida desde hace menos de tres años) y un pago único de 900 € para el intermediario. No es mucho si pensamos en los 2 millones de estudiantes que hicieron un Erasmus en los últimos 20 años. Pero sí es suficiente para reflexionar sobre el sentido del programa antes de asignarle una nueva tanda de fondos.
Entre los 400 intermediarios, uno de Breda tiene el récord de haber hecho de puente entre 30 emprendedores y empresas ya establecidas. La mayoría de los intermediarios lo consiguieron con sólo uno o dos, frustrando así los planes europeos de tener tres veces más participantes de los que realmente lo fueron. El mayor problema: «el tiempo que la empresa ya establecida ha de dedicar a enseñar al emprendedor».
Hay a los que sí les merece la pena acoger a un joven emprendedor aunque cueste tiempo. Son los que aprecian el espítiru y motivación diferentes. A éstos, sin embargo, no deja de llamarles la atención que el llamado intermediario no haya ido a conocerles ni una sola vez.
El objetivo del programa —facilitar la interacción entre emprendedores con el fin de integrar mercados— está bien, aunque sea una debilidad que sólo se centre en los estados miembros de la UE.
Uno de los problemas, creo, es que cabe la posibilidad de que los intermediarios no se muevan en el mismo espacio que las empresas: en el mercado. Y si es así, cabe pensar que les cuesta, por un lado, seleccionar al emprendedor artesano y, por otro lado, no sepan orientar a las dos partes para que el aprendizaje lo sea para los dos.
La empresa virtual según Monty Widenius
Es maravilloso escuchar a Monty Widenius hablar de su empresa, MariaDB, porque lo hace con amor, y no sólo porque lleva el nombre de su hija pequeña. No tiene oficina. No con el fin de ahorrar costes sino porque los 20 trabajadores, que parece que son al mismo tiempo accionistas de la empresa, viven en diversos lugares del mundo. De hecho, el coste de los encuentros presenciales de varias semanas de duración que organizan cada año en distintas ciudades, equivale a mantener una oficina de 20 trabajadores.
Esa maravillosa aventura de emprender
El primer Día Garum salió extraordinario, con ponencias de Douglas Rushkoff, Monty Widenius, Rudy Rucker y José Ignacio Goirigolzarri totalmente fuera de lo común. Y me parece que la característica que unía a las cuatro charlas fue el fuerte compromiso personal de cada uno de los ponentes con lo que estaba contando.
Rucker, el hacker
En su libro The lifebox, the seashell and the soul, mucho menos esotérico de lo que el título podría sugerir, el matemático, programador y escritor Rudy Rucker da vueltas y vueltas a la idea de que todo en el mundo, desde el crecimiento de un árbol hasta las noticias del día y el humor de una persona, es una computación. Ya en el primer capítulo explica que, el que todo sea una computación y por tanto determinista, no quiere decir que sea predecible o que sea viable para realizarse por computadoras. También dice que solemos pensar que lo determinista es aburrido y, como no queremos ser aburridos, nos gusta pensar que nada tenemos que ver con sistemas computacionales basados en reglas. Pero quizá nos equivocamos. Quizá somos deterministas pero impredecibles.
A los sistemas impredecibles Rucker los llama «gnarly», para en seguida explicar lo que quiere decir con ello: gnarly in the sense of twisting tree roots, large ocean waves, or weathered human faces. Y, si bien empieza su libro con la computación, en los capítulos siguientes se va acercando a la metafísica atravesando los campos de la física, la biología, la psicología, la sociología y la filosofía.
Terminar el libro de Rucker será todo un viaje, que pasará por conocerlo en persona hablando de cómo escribir el código del futuro. O, más bien, de los futuros que vienen. Un viaje prometedor en el cual no pensamos parar de aprender.
Target equivocado
Son pocos los funcionarios del Instituto Nacional de la Democracia y los Derechos Humanos de Turkmenistán, pero cada uno ha participado y ha vuelto a participar en cursos impartidos por encargo de distintos estados y organizaciones internacionales. Si la hipótesis es que los funcionarios formados por Occidente utilizarán el conocimiento transferido cuando llegue el momento, parece más razonable pensar que cuando realmente habrá cambios, raramente serán los funcionarios de un régimen desacreditado los que liderarán la transformación del sistema.
¡No os compréis casa, no os hipotequéis!
Enrique Meneses, hacker de 81 años, en la presentación de un documental sobre su vida, aparte de insistir en que el periodismo no es una carrera sino un oficio y, como tal, no se aprende en la universidad sino en la calle, no dejó de repetir que no nos compremos una casa, que no nos hipotequemos sino que seamos aventureros. La cadena perpetua está prohibida en España, suele añadir. Ante tal abundancia de ética hacker y de apuesta por lo distribuido, chocó la primera pregunta del público que no era otra que «qué blogs deberíamos leer». No dejó de parecerme una vuelta al siglo pasado.
Nuevos lugares para el comercio
Pero en general era un lugar mucho más ordenado y predecible que el territorio por el que habíamos estado viajando durante la última semana. Y como acabé comprendiendo, se debía a que era un lugar para el comercio.
Las citas en este blog siguen procediendo de Anatema pero en el caso de ésta, existe un lugar real y concreto para descubrir cómo el comercio trae orden, cómo se pueden crear nuevos garum en los tiempos que corren y con la tecnología de la que disponemos: el primer día Garum, el 16 de febrero, en Bilbao.
La fraternidad de compartir un deseo de futuro
Al poco de terminar el post anterior con la idea de que vivir una trama propia requiere de un modo de vida como base de convivencia, estábamos comentado con Jose que, entre otras cosas por el propio funcionamiento del cerebro humano y del modo de generarse el conocimiento, sin esas bases es inevitable que uno acabe viviendo una trama que no es suya, para terminar hablando de la importancia de tener mitos y símbolos comunitarios. Junto al modo de vida, los mitos, los símbolos y las ceremonias nos sirven para fortalecer las bases sobre las que construir uno de esos futuros que vienen: el nuestro. Construir sin esas bases sería como medir sin teoría, convirtiendo la exactitud en lenguaje de la ciencia.
Ahora, una intensa semana después de aquella conversación, seis intensos meses después de mi primer post de itinerario y con una moneda de cobre que los indianos me entregaron para guardar, no podría estar más de acuerdo con que el modo indiano, interpretativo, de delimitar el campo de valores y crear así las bases, la fraternidad para construir, funciona. Ahora entiendo el alcance de la que desde el principio me ha parecido una de las interpretaciones indianas más sugerentes: la del politeismo. Porque quién soy yo para imponer una verdad a otro, pero sí soy yo, persona, para poder hacer una verdad propia.