Tiene pinta de ser un Google Trends tuneado con visualizaciones muy potentes. De momento sólo disponible en EE.UU.
Artículo original: El gigante Google presta su ‘big data’ a las tiendas
Tiene pinta de ser un Google Trends tuneado con visualizaciones muy potentes. De momento sólo disponible en EE.UU.
Artículo original: El gigante Google presta su ‘big data’ a las tiendas
“There are five hiring attributes we have across the company,” explained Bock. “If it’s a technical role, we assess your coding ability, and half the roles in the company are technical roles. For every job, though, the No. 1 thing we look for is general cognitive ability, and it’s not I.Q. It’s learning ability. It’s the ability to process on the fly. It’s the ability to pull together disparate bits of information. We assess that using structured behavioral interviews that we validate to make sure they’re predictive.”
Lo cuenta Thomas Friedman en The New York Times. Los cinco atributos resumidos, en orden de importancia:
Llama la atención que, si el trabajo no es de programar, los conocimientos y habilidades en el ámbito para el que se contrata tienen la menor importancia de los cinco atributos.
The least important attribute they look for is “expertise.” Said Bock: “If you take somebody who has high cognitive ability, is innately curious, willing to learn and has emergent leadership skills, and you hire them as an H.R. person or finance person, and they have no content knowledge, and you compare them with someone who’s been doing just one thing and is a world expert, the expert will go: ‘I’ve seen this 100 times before; here’s what you do.’ ” Most of the time the nonexpert will come up with the same answer, added Bock, “because most of the time it’s not that hard.” Sure, once in a while they will mess it up, he said, but once in a while they’ll also come up with an answer that is totally new. And there is huge value in that.
El otro día comentaba un estudio del año pasado que llegaba a la conclusión que, aun en 2012, la mitad de los usuarios no diferenciaba resultados orgánicos de resultados de pago en las páginas de resultados de búsqueda de diferentes buscadores.
En el caso de Google, este estudio mostraba a los sujetos del experimento la típica página de resultados en las que los anuncios salen con un fondo amarillo muy claro, visualmente apenas distinguible del fondo blanco de los resultados orgánicos. El caso es que lo que vengo observando en el móvil –no sé cuánto tiempo lleva así, la verdad– es algo muy diferente.
En el móvil, la señalización de los anuncios de búsqueda adquiere dimensiones completamente nuevas. No sólo se señala de forma muy llamativa la palabra «Anuncio», sino que los anuncios quedan contenidos en una caja separada de los otros resultados (ésta segunda señalización también se observa para otros tipos de resultados como los del Knowledge Graph o los resultados geolocalizados).
Parece claro que tras ver una página de resultados así es bastante más difícil no percibir los anuncios como lo que son: anuncios. Uno de los mensajes de aviso de publicidad más claros que he visto, por cierto.
El otro día estuve en una charla de Sergio Falcón, trainer oficial de Google, sobre Adwords. Contó cosas muy interesantes sobre el mismo y salí sorprendida de lo fino que se puede llegar a hilar con el sistema, tan sólo dedicando atención y aplicando criterio. Una cosa que no contó y que es bastante relevante para entender el éxito de los anuncios de búsqueda es que la mitad de los usuarios no diferencia los resultados de pago de los resultados orgánicos en la columna principal (los anuncios en la columna derecha son identificados como tales en mayor proporción).
Esto no solo se debe a la poca distinción visual entre los dos tipos de resultados (de nuevo, la mayoría de los usuarios no ve el fondo amarillo de los anuncios, lo perciben todo blanco) sino también a la relevancia de los anuncios para las búsquedas. Desde Google fomentan la relevancia mediante el «nivel de calidad», un índice que rebaja los costes y aumenta los beneficios para los anunciantes capaces de crear anuncios de mayor relevancia.
¿Qué significa esto? Que en el caso de palabras clave comerciales, para salir en lo que la mitad de los usuarios percibe como los primeros tres resultados de búsqueda, es inevitable pagar. ¿Podemos esperar que con el tiempo más usuarios sean conscientes de la diferencia entre resultados de pago y resultados orgánicos y desarrollen el equivalente a la ceguera a los banners frente a los anuncios de búsqueda? Parece que sería cándido esperar demasiado al respecto, pues en el artículo antes enlazado comentan que la proporción de los «inconscientes» no ha cambiado de forma significativa desde 2003.
Tras buscar un buen rato, he llegado a la conclusión de que actualmente no es posible configurar o solicitar una URL customizada de una página de Google+. Hace un año sí era posible y hay páginas que la tienen. Las URL personalizadas disponen incluso de términos de uso. Pese a todo ello, la información que he podido encontrar, por ejemplo en el foro del producto, indica que –al menos ahora– no hay manera. No estaría de más –sería más usable– poder contrastar la información con el proveedor del servicio pero claro, el servicio se proporciona, me atrevo a suponer, TAL CUAL.
Ha pasado ya más de un año desde que Google implementó su nueva política de privacidad que permitió, entre otros, que la empresa use los datos que obtiene de los usuarios a partir del uso que éstos hacen de sus diferentes servicios (Buscador, G+, +1) para la personalización de los anuncios.
Es decir, si navegamos con sesión de Google iniciada, es probable que los anuncios que veamos en las búsquedas, en YouTube, en Gmail y en las numerosas páginas que forman parte de la Red de Display de Google, sean anuncios de empresas que ayer, anteayer o la semana pasada buscamos en Google o con cuyos contenidos interactuamos en algún momento del pasado reciente.
Fue al hacer trabajos de inteligencia competitiva que me di cuenta de que Google efectivamente estaba personalizando los anuncios. Al ponerme a averiguar si la empresa investigada usaba o no SEM, me daba cuenta de que ya lo sabía. No fue inmediato –la ceguera a los anuncios sigue existiendo– pero al final caí en que no me hacían falta más búsquedas, que sabía perfectamente si el SEM estaba o no presente en la estrategia de la competencia. Desde entonces, cada vez que navego con sesión iniciada, constato que Google prácticamente ya no me muestra anuncios que no estuvieran personalizados.
La personalización de los anuncios, por cierto, se puede inhabilitar. Lo podemos hacer en la sección Configuración de anuncios. Por último, siempre está la opción de no ver los anuncios en absoluto, instalando AdBlockPlus en el navegador, muy recomendable también como primer paso para prevenir la infoxicación.
El servicio de Google Shopping se proporciona TAL CUAL.
¿Hay una cierta agresividad en este texto o soy yo que leo demasiadas pocas páginas de ayuda de Google?
Cada vez que paso por PrivacyFix para chequear mis configuraciones de privacidad, me sorprenden estas cifras. No son ni de lejos lo más importante que aporta esta extensión para Firefox pero son un buen gancho. Hasta qué punto son fiables, no lo sé. Lo que me sobrecoge es que se puedan calcular. Son un buen recordatorio, por cierto, de la abismal diferencia en ingresos por publicidad entre Google y Facebook.
Cada vez soy más y más crítica con la formación subvencionada porque está inserta en un sistema de muchos intermediarios y no deja lugar al principal ingrediente del aprendizaje: la motivación intrínseca de la persona.
Ahora bien, la subvención de cursos cuyo objetivo es enseñar a contratar publicidad de Google me parece un abuso al cuadrado. Ofrecerlo por teléfono a los pequeños negocios del barrio con la introducción «Buenos días, llamo de Google», como lo hace Plenummedia, me parece, además, engañoso y le hace un flaco favor a su aliado estratégico.
Hacerles perder a los empresarios ocho horas de formación presencial de un tirón, un formato poco eficiente, me parece una falta de respeto. Por el sufrimiento de una jornada tan atragantada pero, sobre todo, por la muy previsible falta de resultados de esa inversión en formación que, por la magia de la subvención, tenemos la suerte de financiar entre todos.
Aun suponiendo que el pequeño negocio tiene un canal de venta online (y habrá que ver cuántos tienen de los que hacen el curso), ¿quién ha demostrado que con Adwords los negocios del barrio consiguen vender más, tanto más, que nos interesa a todos invertir en que vayan corriendo a Google a contratarla?
Debido a que esta entrada tiene diariamente muchas visitas desde motores de búsqueda y considerando las repetidas peticiones por parte de Plenummedia de eliminarlo, me gustaría añadir lo siguiente a lo antes expuesto.
Este último año he participado en la formulación de varias campañas de Pago Por Clic realizadas con Adwords y he podido comprobar en primera persona que la búsqueda de pago (no tengo experiencia directa con otros tipos de anuncios digitales) efectivamente sirve para que los comercios de barrio vendan más. Tiene por tanto bastante sentido que los pequeños empresarios aprendan a planificar y configurar sus campañas o a evaluar las campañas que les puedan proponer desde agencias digitales.
Ahora bien, el uso de dinero público para enseñar a usar el producto de una empresa concreta me sigue pareciendo mal, sean cursos de Plenummedia sean cursos de cualquier otra organización. Más aun tratándose de cursos anunciados y cobrados como cursos de 60 horas de los cuales 16 horas eran presenciales impartidas en dos sesiones de 8 horas y el resto era un PDF enviado al alumno por e-mail para que dedique el resto de las horas (44 horas) a aprender de forma autónoma, sin ningún tipo de apoyo adicional. Así era el curso de Plenummedia del que hablo en mi entrada y que vendían a los pequeños empresarios con una llamada telefónica que comenzaban diciendo que llamaban desde Google. Es decir, cursos mal diseñados financiados con dinero público y vendidos de forma engañosa.
Me gustaría terminar subrayando que en esta entrada de mi blog se refleja una experiencia y opinión personal que animo a todos los lectores que contrasten con otras experiencias y opiniones o en primera persona.