El yoga caliente está de moda

Bikram Yoga
Creo que es común pensar que el yoga es esa cosa que hacen los hippies, los artistas que trabajan con su cuerpo (actores, bailarines) o las personas que tienen una lesión o sufren estrés y se los ha recomendado su médico alternativo.

Pero cuando se empieza a hablar del yoga en eventos tecnológicos y lo defiende un ex directivo de Microsoft, parece que la cosa va más allá de hippies, artistas y médicos alternativos.

¿Qué está pasando con el yoga? En concreto, ¿qué está pasando con el yoga caliente que es del que habla Sinofsky y el que conozco también personalmente? Cuando empecé a practicar hace 5 años, en Madrid había una sola franquicia de Bikram Yoga que ofrecía las clases de 90 minutos en una sala a 40 grados de temperatura y 50 grados de humedad que había ideado el fundador de la franquicia en los años 70 del siglo pasado. Ahora hay al menos 9 escuelas en Madrid (que yo sepa), algunas franquicias de Bikram Yoga y otras no, que ofrecen más o menos el mismo tipo de entrenamiento acompañado de calor y humedad. Algunas escuelas están situadas específicamente en barrios de oficinas.

Atractivos

Desde mi experiencia veo claramente tres ventajas de este tipo de ejercicio para un público más allá del público tradicional del yoga y que por lo que veo abarca cada vez más a personas con trabajos –a menudo estresantes– de oficina.

  • Beber con sed y comer con hambre están entre los mayores placeres de la vida pero hoy en día apenas se experimentan. La comida está omnipresente y a menudo incluso se abusa de ella para diluir el estrés. El aire acondicionado, también omnipresente en el mundo de las oficinas, hace que ya apenas sudemos y por tanto, pocas veces experimentemos verdadera sed. Verán, suena raro decirlo así pero en las ciudades occidentales hay escasez de sed y de hambre. Pienso que uno de los atractivos del yoga caliente es el momento eufórico posterior a la práctica, cuando uno por fin puede saciar la sed producida por sudar intensamente durante los anteriores 90 minutos.
  • Pone en evidencia que hacemos las cosas porque queremos. Para la persona urbana, poco necesitada de realizar esfuerzo físico duro en su día a día, el reto físico al que se enfrente en el yoga caliente es tan grande que son inevitables los momentos en que se pregunta por qué está allí, por qué hace esto a sí mismo. Y la respuesta no puede ser otra que «porque lo ha elegido» (de hecho, lo ha pagado). Esto, a su vez, puede llevarle a pensar que probablemente las otras cosas que hace en su vida también las hace porque quiere (lo que produce una satisfacción) y si no, puede dejar de hacerlas y hacer lo que realmente quiere, pues si es capaz de superar el reto físico del yoga caliente, es capaz de superar cualquier otra cosa.
  • Concentración. A lo largo de los 90 minutos de entrenamiento, el alumno que deja de concentrarse en dos cosas básicas –en asegurar una respiración constante y fluida y en fijar su mirada– está en riesgo de caerse o marearse. Esta capacidad de concentrarse en lo realmente importante es aplicable en otras situaciones de la vida. Y es un recurso muy valioso. Como satisfacción añadida, a través de esa concentración no sólo consigue uno no caerse sino evita que otros se caigan en un acto desencadenado por su caída (es muy común que una caída provoque otras caídas, pues desconcierta a otros).

Los mismos resultados se pueden conseguir, por supuesto, también con otros tipos de ejercicio. Quizá es por comodidad (cercanía de una escuela, sin necesidad de equipamiento especial o caro) que cada vez más personas los busquen en el yoga caliente.

Críticas

  • Lesiones. Sobre todo fisioterapeutas suelen avisar de los riesgos de lesionarse debido a que el calor predispone al cuerpo a realizar movimientos para los que no está preparado. Mi experiencia es que este riesgo existe si la persona no conoce sus límites. En las escuelas que yo conozco, los alumnos no están divididos por niveles. Están en la misma clase las que practican por primera vez y las que llevan varios años. Más allá de la recomendación a menudo repetida de no forzar nunca ningún movimiento, cada uno es su propio maestro. En mi caso por ejemplo, en la postura llamada De pie frente toca el suelo con piernas separadas, la fuerza de mis brazos me permitiría estirar más mis piernas pero sería a costa de forzar demasiado los músculos de las mismas, de modo que prefiero no tocar el suelo hasta no tener las piernas más flexibles. No hay clase en que no se avise varias veces de no forzar su cuerpo y, en especial, de no forzar las rodillas.
  • Es adictivo. Otra crítica que he escuchado es que el yoga caliente es adictivo. El subidón experimentado después de la clase es, efectivamente, impresionante y hace que merezca la pena volver. También es cierto que al dejar de practicar, la flexibilidad, fuerza y resistencia ganadas, se pierden. Esta crítica, sin embargo, me preocupa bastante menos que la relacionada con las lesiones, pues pienso que prácticamente todas las cosas buenas en la vida son adictivas. El café es adictivo, el chocolate es adictivo, mantener una relación de pareja satisfactoria es adictiva, recibir reconocimiento por el trabajo realizado es adictivo. Visto lo visto, creo que es más inteligente elegir bien las adicciones que intentar evitarlas.

En resumen, por las ventajas que ofrece en el contexto de un estilo de vida de ciudad y de trabajos sentados de poco movimiento, creo que es esperable que el yoga caliente siga ganando en popularidad. Probablemente veremos nuevas escuelas abriéndose en barrios que aun no cuentan con una.

© Foto: Bikram Yoga España

Enlaces de la semana

Una pequeña colección de mis lecturas durante la semana.

  • Scrutinizing a network of likes on Facebook (and some thoughts on network analysis and visualization)
    "The main error is to consider the output of network visualization first and foremost as an image; with Barthes, I would suggest to look at them as denotative rather than connotative, as language or code more than image."
  • Data Monday: Mobile Email
    Algunos datos que revelan que el email es la killer app también en el móvil. "As of March 2013 more email was read on mobile than on a desktop email clients or via webmail." ¿Envías boletines a clientes? ¿Cómo de usables son en el móvil?
  • prism-break.org
    David Mendaña en derrotero · net: "En prism-break.org hay disponible una extensa relación de alternativas a software y servicios online supuestamente involucrados en el programa PRISM de espionaje denunciado por Edward Snowden."
  • Google Says Stand on One Leg
    Gran post sobre lo que es SEO hoy. "Expert marketers (…) combine usability, persuasive design, information architecture, organic SEO, quality linking, expert content writing, and smartly targeted social networking strategies all into one giant ultimate winning process."
  • ¿Es correcto el apelativo quimiofóbico? Carta abierta a los usuarios del vocablo
    Mejor decir "cautos" que "quimiofóbicos". "Etimológicamente quimiofobia vendría a significar algo así como el miedo irracional  a las sustancias químicas. Además, normalmente, las fobias se asocian con un trastorno piscológico o psiquiátrico."
  • Essential SEO Skills for the Future of Online Marketing
    Las nuevas habilidades son (1) formar a los clientes (en lugar de solo hacerles las cosas), (2) entender los medios sociales como herramientas de marketing en lugar de un ámbito separado (ocaso de los Community Managers) y (3) especializarse (no se puede ser bueno en todo pero sí se debe serlo en algo).
  • Aprendiendo LaTeX: Cómo hacer tablas largas que ocupen varias hojas
    Para tablas largas que ocupen más de folio hay que utilizar el paquete {longtable}.

Inversores y ética hacker

Muy interesante la entrevista al inversor Larry Abrams que recomiendan en Econlog.

Es una entrevista extensa que deja entrever un recorrido por la vida con ética hacker que se manifiesta con claridad en la búsqueda, desde temprana edad, de ser dueño de su tiempo, de no tener que vender su tiempo por dinero. Abrams lo formula como «buy my time back from the open market so I’m able to spend the time of my life exactly as I want to«.

Me he apuntado unas frases sobre por qué abandonó sus estudios de psicología.

Because in one of our courses we had a textbook that was sort of the Bible; and in that textbook it said that the rate of cure for any given school of psychology was equal to the rate of spontaneous remission. On top of that, they didn’t know how to define “cure.” I looked at that and said, “Now, wait a second. What are you telling me here? You’re telling me that there’s no value-added that I’d be giving to anybody who comes in as a patient.Why am I here?” So I left.

Ahí está el futuro inversor, buscando siempre el valor en las cosas que hace. Abrams, aparte de inversor, es productor de las películas C.H.U.D. y By the sword y autor del libro The Philosophical Practitioner.

La salud en la economía del consumo y bienestar

En Muscleblog:

El modelo médico genera un problema enorme también a nivel educativo, en cuanto induce a la gente a pensar por condicionamiento pauloviano que su salud es cosa de pastillas y radiografías. Esto genera un problema sustancial añadido, porque cuando a un paciente se le plantea un tratamiento en el que, por ejemplo, tenga que dedicar 30 minutos diarios a realizar una serie de ejercicios, el paciente estima y compara los costes que le suponen las distinas alternativas que conoce, en términos de esfuerzo, dinero, etc. Y como se le ha enseñado convenientemente que hay un atajo fácil y disponible para sus problemas de salud, que es tomar alguna clase de pastilla, pues por economía individual, va a tender a lo facil, aunque sea un tratamiento reduccionista, cuando no una barbaridad.

Y en términos económicos, como las radiografías, resonancias, pastillas y cirugías están subvencionadas, pues tenemos por otro lado una competencia desleal hacia el resto de tratamientos, conduciendo al paciente a decidir entre una estrategia fácil, altamente disponible, y barata frente a otras más costosas en términos de esfuerzo individual y que además no están subvencionadas.

Así que miles de millones de mi bolsillo y el suyo van destinados a financiar y hacer muy disponibles tratamientos sistemáticos absurdos, muy caros pero convenientemente subvencionados a cargo del bolsillo de todos, que además generan concepciones erróneas sobre lo que significa la salud.

Pensar que la hipoteca es una inversión (que no lo es) y no ver que dedicar tiempo a la salud sí lo es, es una de las tragedias de los tiempos actuales.

Enlaces de la semana

Una pequeña colección de mis lecturas durante la semana.

  • LaTeX Fácil: Curso básico de LaTeX
    Aunque yo empecé con otra introducción, esta página me parece un buen comienzo para empezar a aprender LaTeX.
  • You Are Not an Artisan
    Post de casi 5.000 palabras sobre qué hace realmente que un trabajo sea automatizable y realizables por máquinas. A menudo se cree que la división es entre trabajo creativo (se entiende que es lo que seguirán haciendo humanos, de ahí que necesitemos de repente que todo el mundo sea «creativo« y «apasionado por lo que hace«) y trabajo no creativo (lo que acabarán haciendo máquinas). El autor recuerda que la división real es entre tareas algorítmicamente escalables y algorítimicamente no escalables. Y sostiene que en el segundo grupo hay mucho más trabajo para humanos (repetitivo pero no enteramente automatizable) de lo que se suele creer. Una lectura muy recomendable, sobre todo para fans de lo artesano.
  • Banner Blindness
    El artículo de Benway y Lane que introdujo en concepto de «banner blindness«.
  • Cómo tomarse el tono de voz en serio: MailChimp
    La gente de MailChimp se ha superado (de nuevo). Esta vez publicando su guía de tono de voz para el quienes redactan copy de la aplicación. Lo cuenta Asunción Álvarez en Soluciones Semánticas.
  • Battle for the planet of the APIs
    «I think that the presence or absence of an RSS feed (whether I actually use it or not) is a good litmus test for how a service treats my data.»

Google ya no me muestra anuncios no personalizados

Ha pasado ya más de un año desde que Google implementó su nueva política de privacidad que permitió, entre otros, que la empresa use los datos que obtiene de los usuarios a partir del uso que éstos hacen de sus diferentes servicios (Buscador, G+, +1) para la personalización de los anuncios.

Es decir, si navegamos con sesión de Google iniciada, es probable que los anuncios que veamos en las búsquedas, en YouTube, en Gmail y en las numerosas páginas que forman parte de la Red de Display de Google, sean anuncios de empresas que ayer, anteayer o la semana pasada buscamos en Google o con cuyos contenidos interactuamos en algún momento del pasado reciente.

Fue al hacer trabajos de inteligencia competitiva que me di cuenta de que Google efectivamente estaba personalizando los anuncios. Al ponerme a averiguar si la empresa investigada usaba o no SEM, me daba cuenta de que ya lo sabía. No fue inmediato –la ceguera a los anuncios sigue existiendo– pero al final caí en que no me hacían falta más búsquedas, que sabía perfectamente si el SEM estaba o no presente en la estrategia de la competencia. Desde entonces, cada vez que navego con sesión iniciada, constato que Google prácticamente ya no me muestra anuncios que no estuvieran personalizados.

La personalización de los anuncios, por cierto, se puede inhabilitar. Lo podemos hacer en la sección Configuración de anuncios. Por último, siempre está la opción de no ver los anuncios en absoluto, instalando AdBlockPlus en el navegador, muy recomendable también como primer paso para prevenir la infoxicación.

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Una pequeña colección de mis lecturas durante la semana.

Makers, de Cory Doctorow

Portada de Makers, de Cory Doctorow

AVISO: Este post contiene spoilers.

Cory Doctorow publicó Makers en 2009, justo después de Little Brother. Si en éste exploraba la relación entre personas y estado, en Makers indaga en profundidad en la relación entre personas y corporaciones.

Situado en Estados Unidos en un futuro cercano que aun recuerda la crisis de la industria del automóvil y la burbuja puntocom, el libro comienza con el anuncio de la fusión de Kodak y Duracell. La nueva compañía, Kodacell, apuesta por poner en marcha miles de pequeñas start-ups en las que hackers, apoyados por gestores profesionales, idean, fabrican y comercializan productos destinados, entre otros, a la llamada base de la pirámide, es decir, a los millones que ya no pertenecen o nunca han pertenecido a la clase media, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Por ejemplo, hacen roommateware, es decir, productos que solucionan los problemas surgidos del coliving, de vivir en pisos compartidos a los 30-40-50 años porque la economía a menudo no alcanza para un piso o alquiler propio.

Doctorow describe así una época dorada de la economía P2P y el consumo colaborativo, financiados por corporaciones –pues otras empresas copian el nuevo modelo de negocio de Kodacell– en busca de nuevos mercados. El movimiento recibe el nombre de New Work. En palabras de Jonathan H. Liu en Wired, el New Work es «como financiar todos los proyectos de Kickstarter a la vez».

Entre los protagonistas encontramos a Perry Gibbons y Lester Banks, dos amigos hackers, a Landon Kettlewell, CEO de Kodacell, a Tjan Lee, gestor profesional y a Susanne Church, periodista convertida en blogger. Un mix que asegura tensiones interesantes tanto al estilo makers vs. managers, como del tipo de tensión sexual no resuelta, a lo largo de todo el libro.

El New Work, sin embargo, se desintegra al final de la primera parte del libro, en un giro inesperado y, como apunta Alberto Cottica en su revisión de Makers, poco realista desde el punto de vista económico.

La segunda parte del libro se desarrolla unos 10 años después. A los protagonistas de la primera parte –con los dos hackers llevando una atracción turística de fuente abierta que muestra los productos desarrollados durante el New Work— se suman otros nuevos, con Disney ocupando el rol de la corporación. Sorprenden, porque rompen el tono al que acostumbra la primera parte, una escena de violencia física y otra de sexo, ambos descritos de forma muy explícita.

Esta parte del libro captura la atención no tanto por las invenciones tecnológicas y los nuevos modelos de negocio que el autor presenta de forma trepidante a lo largo de toda la primera parte, como por el relato que hace de las relaciones entre los personajes. Un personaje sugerente de esta parte del libro es por ejemplo Death Waits, un chaval gótico que tras trabajar en Disney Parks se pasa al lado de los hackers, entretanto demandados por Disney por la violación de su propiedad intelectual.

Las últimas 20 páginas constituyen un epílogo al que llegamos tras otro lapso de 10-15 años. De esa forma el libro termina mostrando la evolución de los protagonistas a lo largo de más de 20 años. Esto me parece un valor.

Ultimately, it’s an optimistic view of the future of our society, even with all its failings and collapses.

La apreciación del antes citado crítico de Wired de que estamos ante una visión optimista del futuro me parece un tanto wishful thinking. Mire por donde lo mire, la historia termina en un tono pesimista que ronda la distopía. Personalmente, me resultó inquietante. Por realista, pues muchas de las cosas descritas en el libro las estamos viendo y viviendo.

It’s like an emergent property. Once you get a lot of people under one roof, the emergent property seems to be crap. No matter how great the people are, no matter how wonderful their individual ideas are, the net effect is shit.

Reconozco que el libro, en concreto la segunda parte y el desenlace, me ha sacado de mi zona de confort más de una vez y ha conseguido despertar mi lado más conservador, que desea que los cambios que estamos viviendo no sean tan rápido y de tanto alcance.

PD 1: Me sorprendió no encontrar, en pleno auge del discurso P2P, reseñas del libro en español. Quizá se debe a que sólo está disponible en inglés. Los constantes términos tecnológicos y el uso del un slang inventado, del futuro, son ciertamente un reto para el lector no nativo. Aunque, hay que reconocer, algunos de estos términos inventados, como fatkins o roommateware, dan en el clavo.

PD 2: Para aquellos interesados a leer el libro en inglés, está disponible gratis en diferentes formatos electrónicos y sin DRM.

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