Encuentro invernal con cerveza y queso

Encuentro invernal con cerveza y queso
Encuentro invernal con cerveza y queso

Mientras la fotografía siga siendo una asignatura pendiente en mi vida, me temo que no perderé ocasión de postear las fotos que han hecho otros. En esta ocasión, fue Isabel quien capturó un momento especial lleno de simpatía.

Hábitos de alimentación y autoexperimentos

Apuntarse el peso diariamente es en sí un buen método para adelgazar. Convertirlo en hábito no parece difícil y esos dos minutos al día que le dedicamos, hacen que la meta esté presente en nuestro día a día. También es una oportunidad diaria de reflexionar sobre el avance.

He leído sobre una persona, se llama Hugo, que aparte de apuntar diariamente su peso, fotografió durante un mes cada comida que tomaba. Todo al raíz de una operación cardíaca y un experimento de comer vegano.

Experimento de Hugo Campos

El experimento de Hugo me gusta. Mi reflexión al hilo es que, si para un adelgazamiento paulatino pueden ser suficientes esos dos minutos de apuntarse el peso, querer darle un giro drástico a nuestra dieta, como comer vegano, para ser viable requiere probablemente de más apoyo. En este caso, el anuncio del experimento, su documentación y su compartición. Juntos, estos elementos pueden permitir dos cosas: la autoreflexión más frecuente y un seguimiento p2p (aunque sólo sea potencial y haya poca interacción) que aumente el compromiso. El lema del experimento:

I hope that sharing these photos with the world will encourage me to become more mindful, selective and aware of what I eat. My motto for the month is «if I’m embarrassed to photograph it and share it with others, I should feel embarrassed to eat it.»

Es el enfoque desde dentro hacia afuera («me impulsa a ser más selectivo») que diferencia este experimento de la reeducación y el adiestramiento.

Reeducación alimentaria

Una charla de ayer me enseñó que el uso del término «reeducación alimentaria» no es sólo de Natur House sino quizá sea de un grupo más amplio de nutricionistas. A mí eso de «reeducación» no deja de ponerme los pelos de punta. Y recordarme la reacción de la amante rusa de Toni Soprano al escuchar que tratarían su depresión en un «centro de reeducación».

Si algo claro salió de esta charla es que «hay muchos metabolismos posibles», que distintas personas responden de forma distinta a los alimentos (por eso no hay «dietas milagro») y que el futuro de la nutrición probablemente pase por el análisis genético. Por comer alimentos para cuya digestión más preparado esté cada persona.

Un futuro, sin embargo, que al parecer el nutricionista que dio la charla no se lo acaba de creer. O así me explico que siguiera hablando de necesidades de nutrientes de la «población» y de volver a comer «normal» tras una dieta para adelgazar.

Si la verdad está en los genes, la «población», en especial la de las grandes urbes y de lugares con muchos movimientos migratorios, va a tener necesidades muy dispares entre sí. Pero lo que más me chirría es el implícito detrás de volver a comer «normal»: la contradicción entre descubrir cuál es la dieta más saludable, es decir, la normalidad de cada persona y la vuelta a una normalidad relacionada con la «población», parece que el nutricionista no la tiene resuelta.

Taxista secuestra pasajera en Montevideo

El taxista pasó delante de la chica que estaba intentando parar un taxi en la esquina de Luis Alberto Herrera con Ramón Estomba, cuando de repente se lo pensó y dio un frenazo limpio seguido de una rápida marcha atrás. Él estaba de camino a dejar unas revistas en un almacén, y ella iba al aeropuerto. Como el almacén estaba medio de camino a Carrasco, pensó que la podía llevar consigo y así se daban conversación. La chica al principio no entendía el trato pero cuando captó que de ese modo no sólo iba a disfrutar de un rato charlando sino también dar un paseo gratis por partes desconocidas de la ciudad, le pareció irrechazable. De que fuera realmente un win-win, sólo se quedó convencida al llegar al aeropuerto.

Dos mujeres secuestran taxista en Montevideo

Aprovecharon el momento en que una anciana bajó del taxi para ocupar los asientos de atrás del coche y conseguir que el taxista les llevara de camino a la Tienda Inglesa. Fue a la mitad del camino que el taxista les confesó que él en realidad preferiría estar en otro sitio. Añadió suplicante que fue un error llevarlas porque las consecuencias de no estar donde tenía que estar, podrían ser incómodas para él. Conforme iban avanzando, el hombre pasó otro momento de crisis cuando se dio cuenta de que se le había olvidado iniciar el contador. Pese a todo, las dos mujeres no lo liberaron hasta después de llegar al sitio que le habían indicado. En su favor se ha de considerar que le ayudaron a estimar el precio del trayecto y se lo pagaron antes de soltarlo.