Hablando del uso de la web 2.0, «algunos de los chavales están adelantados a sus profesores, pero la mayoría no lo está». Así, de modo muy resumido, argumenta Howard Rheingold, profesor universitario y acuñador del témino comunidad virtual, la necesidad de enseñar el uso de los medios sociales en clase.
«Totalmente libre, tanto en el sentido de free speech como en el de free beer.» Y así introduce Rheingold el entorno virtual Social Media Classroom (SMC), un servicio web que integra una serie de medios sociales para utilizar en cualquier asignatura. Se trata de un entorno basado en Drupal, un sistema de gestión de contenidos de código libre, e incluye foros, blogs, comentarios, wikis, chat, marcadores sociales, microblogging, RSS, compartición de imágenes e vídeos, widgets y más cosas propias de la web 2.0. Os lo cuenta él (en inglés y en su original y divertido estilo) en este vídeo de ocho minutos:
[blip.tv ?posts_id=1193087&dest=-1]
Rheingold dice que «el poder de usar los medios sociales en procesos de aprendizaje NO viene de que hacen las formas de comunicación tradicionales (discusiones en clase, lectura de textos, exámenes) más efectivas». (Al leer esto, recordé el estupendo vídeo brasileño «Tecnología o metodología«, de apenas tres minutos, que seguro que muchos ya conocéis.)
El poder de estos medios, dice «deriva de que permiten formas de comunicación y comportamiento social que antes sólo eran accesibles para un élite muy reducido». En los foros es posible mantener discusiones multimedia con la participación de muchas personas y durante largos períodos (¿cuántas discusiones de este tipo recordamos de nuestros años en la universidad?); a través de los blogs los estudiantes aprenden a expresarse usando sus «voces individuales», filtran información, difunden conocimiento y también interactúan con el público en forma de comentarios (¿a cuántos nos supone un problema argumentar bien sobre un tema y en público?); en los wikis crean documentos y conocimiento de modo colaborativo (¿cuántos lo hemos hecho antes de que Gregorio nos lo pidiera?); con los marcadores sociales «coleccionan» conocimiento de modo simple y con el enfoque «de abajo hacia arriba» (un enfoque que a todos nos gusta pero ¿sabemos practicarlo?); el microblogging y el chat son canales de comunicación síncronas que se pueden usar para fines específicos.
Bien, pero las herramientas que facilitan estas formas de comunicación ya existen, pensé, ya que se pueden crear blogs en WordPress o Blogger, hacer microblogging en Twitter, compartir marcadores sociales en Del.icio.us, etc. Por qué crear otro entorno nuevo, por qué otro software, me preguntaba.
Pues, la idea de crear este entorno le surgió a Howard Rheingold al enseñar las asignaturas de comunidad virtual y periodismo digital en las Universidades de Stanford y Berkeley. Al pedir a sus estudiantes (universitarios y que, como él dice, «no se suelen alejar más de un metro de sus portátiles») que creen un blog y editen una wiki, vio que éstos se agobiaron. Entonces, en 2008, creó este entorno uniforme de medios sociales a utilizar en procesos de aprendizaje grupales (y no sólo para aprender sobre medios sociales sino para utilizar por cualquier profesor que quiera usar en enfoque pedagógico más participativo).
¿Os imagináis aprender así? En la UOC lo estamos haciendo pero ¿os lo imagináis en la universidades que no sean a distancia, o desde secundaria e incluso desde antes?
Lo que a mí me concierne, a los 30 años y después de aproximadamente un año utilizando más o menos de manera activa (aunque no siempre reflexiva) la web 2.0, creo que en un entorno así, hubiera disfrutado mucho más aprendiendo. Sobre todo porque utilizarlo es imposible con profesores que no sean ellos mismos «2.0». Y para que lo sean, Rheingold creó, dentro del mismo entorno, un espacio llamado comunidad de práctica para ellos.
Un software bastante completito ¿no os parece? Me pregunto si existe algo parecido en castellano y si no, cuánto tardará en llegar. Y, después de leer el mensaje de Gregorio y el artículo de Eduard Punset sobre cuál será la próxima revolución, me pregunto si herramientas como ésta estarán en el día a día de los maestros después de la «reforma radical» de su profesión (¡y ojalá acierte Punset con su pronóstico!).