¿Para qué sirve la universidad?

David Brooks responde a la pregunta afirmando que sirve para aprender cosas técnicas y cosas prácticas. El terreno del aprendizaje de cosas técnicas se lo están comiendo los MOOC como proveedores de contenido técnico de primer nivel. Brooks concluye que el futuro de las universidades pasa por proveer el aprendizaje de cosas prácticas mediante la sofisticación de los seminarios. Pero ojo, porque es algo que también es posible proveer desde las empresas, en una especie de formación profesional dual, con las empresas encargándose del aprendizaje práctico (en un contexto productivo, además) y los MOOC del aprendizaje técnico.

8 comentarios en «¿Para qué sirve la universidad?»

    1. Estaría bien, más que bien, y las que sirven para eso (entiendo que te refieres más o menos a lo que llaman liberal arts education, una formación humanística) seguro que no van a tener problemas de supervivencia. Podría haber casos en que en la universidad se aprendiera a aprender, pensar y ser libre. Y entonces la universidad cumpliría una función muy interesante. Pero me pregunto si el momento idóneo para eso en la vida no sería más bien mucho, muchísimo antes de la uni.

      Confieso que me tiene seducida, además, la postura de Stefan Zweig: «Para mi el axioma de Emerson, según el cual los buenos libros sustituyen a la mejor universidad, no ha perdido vigencia, y sigo convencido hasta hoy de que se puede llegar a ser un extraordinario filósofo, historiador, filólogo, jurista y cualquier otra cosa sin tener que ir a la universidad, ni siquiera al instituto.»

  1. Bueno, es que realmente la educación debería empezar en el cole, cierto. Pero creo que la edad de entre 18 y 25 (cuando empiezas a ser realmente un adulto) es la edad en la que uno empieza a darse cuenta realmente de lo que es la cultura y la ciencia y a poder participar en ello de un modo más intenso.

    Aunque claro que la educación (como el estudio y la formación) debería durar toda la vida. Pero si hay que institucionalizar algo (y creo que sí, porque creo que la educación fuera de la familia debería ser una lancha de salvamento para mucha gente), la etapa 18-25 (más o menos) es bastante crítica.

  2. Estaba pensando en mi familia materna, que son bastantes generaciones de médicos de provincias. Tradicionalmente, los médicos en España eran gente «culta» y «leída» porque se entendía que su carrera, pese a ser científica y técnica, tenía también connotaciones humanistas (como Ramón y Cajal, Gregorio Marañón, etc.) Y no veo por qué no las carreras no pueden ser así.

    Lo que creo que es absurdo es meter la superespecialización desde el principio. La gente tiene toda la vida para especializarse. La universidad es el momento de ir a museos y conferencias entre clases y de mezclarse con gente que hace cosas completamente distintas (por ejemplo).

  3. Me imagino que igual que el sistema educativo en general, si se lo curran, las universidades en concreto también pueden cumplir muchas funciones. Como las que mencionas, que me parecen importantes todas.

    Lo que se está notando, o yo al menos lo noto en mis lecturas por la web, es que están surgiendo alternativas que están respondiendo a una demanda variada. Veamos, por ejemplo, la de ser una persona «culta». Ahora, se supone, has de ir a la universidad. Pero por qué no voy a poder convertirme en una persona culta primero aprendiendo un oficio que me da pronto una autonomía económica que, a su vez, me permite disponer de mi tiempo con más libertad que la que me hubiera permitido el currículum de una carrera universitaria y a mis, digamos, 22 años, en lugar de vivir y depender de mis padres y tener que cumplir sus expectativas (pues me están financiando y las tienen), vivo por mi cuenta y dedico mi tiempo libre a aprender en Internet y buscar gente afín a mis intereses para aprender juntos. Luego igual me enamoro de las matemáticas o de la programación y me voy cultivando y especializando que, a su vez, me va abriendo también nuevos caminos en el mercado de trabajo.

    Ya sé que te estoy contando el relato de una persona proactiva, con ganas de aprender y tal. Pero sin proactividad y ganas de aprender ninguna universidad te convierte en persona culta. Lo que creo que sí pueden hacer las instituciones es crear entornos para que nazca ese engagement, esas ganas de aprender. Y en ese terreno la universidad parece que va a tener que competir con otras instituciones y entornos igual o más atractivos, tanto para crear engagement como para el signaling.

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