Leyendo sobre el origen de la expresión trabajador del conocimiento he llegado a la biografía de Peter Drucker. La expresión en sí no me gusta, me parece empobrecedor llamar a las personas trabajadores de nada, me recuerda la película Metrópolis. Estoy mucho más cómoda con la expresión hácker o bricoleur.
Sí me resulta interesante conocer el contexto en que aparece la expresión y ahí parece que Peter Drucker (Pedro Impresor en español) tuvo un cierto protagonismo. En su biografía, lectura que recomiendo, me ha llamado la atención su año de aprendiz en una compañía comercial de Hamburgo, especializada en la exportación de algodón.
«We learned nothing, absolutely nothing. It was terribly boring.» Yet he does not consider his time in Hamburg a lost year: «I read a lot – novels and history, especially nineteenth century. Also a lot of English, French, Spanish, and Italian literature.»
Corría el año 1927 y la falta de atención que prestaron al aprendiz podríamos achacarlo a que no eran todavía tiempos del trabajador del conocimiento. Pero sería cándido por nuestra parte. Hoy en día —en la sociedad del conocimiento— sigue habiendo muchas empresas que no prestan suficiente atención a los aprendices. La gestión del trabajo del conocimiento, a la que Drucker al parecer dedicó su vida, sigue siendo un reto.
¿Cuál es el mensaje positivo de la cita de antes? Que pese al aburrimiento en las prácticas, supo aprovechar la estancia para aprender, a través de la lectura. Más adelante, tendría ocasión de sobra para aprender haciendo e interactuando.
4 comentarios en «Drucker, el trabajador del conocimiento y unas prácticas aburridas en Hamburgo»
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