Las uvas de la ira: la mirada del economista

Aprendí inglés en gran parte gracias a las novelas de John Steinbeck, que siempre me parecieron fáciles de leer para alguien que todavía no tiene un dominio avanzado de ese idioma. No sabía, sin embargo, que a la vez podría haber aprendido microeconomía.

Un profesor universitario llamado Stephen Ziliak usa «Las uvas de la ira» de Steinbeck a lo largo de su curso introductorio de microeconomía. Situada en el oeste estadounidense de la Gran Depresión, la novela cuenta la historia de varias familias que son forzadas por los propietarios a dejar sus granjas y deciden emprender un viaje para buscarse la vida en California.

Las uvas de la ira

Canciones de Woody Guthrie, Bruce Springsteen y Rage Against the Machine sobre la novela, también forman parte del plan de estudios. Libros como «The Worldly Philosophers», el origen del subtítulo de «La mirada del economista» de Juan Urrutia, aparecen como altamente recomendados en el mismo.

Dan ganas de volver a leer la novela ya que uno no puede inscribirse en el curso. Por si me da tiempo durante las fiestas, lo he guardado, junto a The Worldly Philosophers, en mi Nook.

Complificación

Después de terminar los estudios, uno de mis amigos de la carrera encontró su primer trabajo de comercio exterior en una gran empresa de petróleo de Centroeuropa. El nombre de su puesto era complificador, y a todos nos hizo mucha gracia esa honestidad tan asombrosamente directa por parte de quien había decidido ese nombre. Ahora he vuelto a encontrar el concepto de complificación en un texto académico para explicar el aumento de especialización en una economía.

Con el tiempo, las actividades y los procesos realizados antes internamente por una sola entidad económica, se transforman en especializaciones separadas que a menudo se externalizan. Giarini se refiere a este incremento de especialización como «complificación».

El texto continúa diciendo que la complificación sucede no porque las actividades sean cada vez más complicadas sino porque el marco que se está usando para su organización cada vez es menos útil y más un estorbo. En este caso concreto, lo que es complificación en una concepción de marketing centrada en la colocación de productos físicos en distintos segmentos de mercado, deja de serlo en un marco en que vemos personas intercambiando servicios –es decir, habilidades y conocimientos aplicados– por los servicios de otras personas. Un marco con mucho más sentido.