Teorías del aprendizaje: la Indagación Progresiva

Elementos de la Indagación Progresiva

Estoy documentándome sobre las teorías del aprendizaje más relevantes para el diseño y gestión del conocimiento de personas, empresas y organizaciones. Siendo consciente de su reputación, es poco sorprendente que haya llegado a trabajos realizados en entornos universitarios finlandeses. La primera de estas teorías es la Indagación Progresiva.

En el modelo pedagógico de indagación progresiva, se facilita el tipo de construcción del conocimiento que caracteriza a las comunidades de investigación científica y la forma en que los expertos trabajan con el conocimiento. Fue introducido en el libro Progressive Inquiry: Overcoming Limitations of Human Intelligent Activity, de Kai Hakkarainen, Kirsti Lonka y Lasse Lipponen, publicado en 1999.

El modelo cuenta con 7 elementos básicos.

  1. Delimitar el contexto, con el fin de anclar los problemas que se van a investigar a conceptos dentro de un dominio de conocimiento o bien a situaciones de la vida real. Responder por qué merece la pena indagar sobre el problema favorece el desarrollo, por parte de las personas, de un compromiso cognitivo para resolverlo. Es importante que el problema sea susceptible de investigarse desde distintos puntos de vista. Los intereses personales de la persona que va a investigar son fundamentales a la hora de crear el contexto.
  2. Presentar los problemas, en forma de preguntas que guiarán el proceso. En muchas acciones formativas no se plantean preguntas en absoluto. Ahora bien, sin preguntas no puede haber indagación. Las preguntas que nacen del interés intrínseco de la persona, así como las que comienzan con «por qué» y «cómo», son especialmente valiosas, mientras preguntar por meros hechos y datos tiende a generar conocimiento fragmentado. La comprensión muchas veces emerge al solucionar problemas conceptuales, conflictos, fenómenos inesperados. El profesor puede guiar, pero es imprescindible que sean las personas que generan las preguntas.
  3. Crear conjeturas e hipótesis propias, interpretar el fenómeno que se investiga desde el propio punto de vista antes de enfrentarse a las explicaciones de otros o las teorías científicas. Al hacer esto, se usa el conocimiento que uno ya tiene, se hacen inferencias que extienden la comprensión y uno se hace consciente de sus propias ideas intuitivas al respecto del tema que se investiga. Es importante que estas ideas propias de cada uno se expongan y se discutan de forma colaborativa y en esto, el blog puede ser una de las herramientas fundamentales.
  4. Evaluar de forma crítica las hipótesis generadas a base de las explicaciones intuitivas de cada uno. Identificar las fortalezas, las debilidades, las contradicciones y las limitaciones de estas ideas intuitivas así como el conocimiento adicional necesario. Esta evaluación será la base para buscar información nueva.
  5. Profundizar en el conocimiento mediante experimentos, recolección de datos y lecturas. Es importante que esto suceda guiándonos por las preguntas formuladas, de la otra forma es imposible gestionar toda a información nueva. La idea es que examinemos nuestras explicaciones intuitivas a la luz de la nueva información que vamos obteniendo.
  6. Profundizar en los problemas modificando o afinando más y más las preguntas que habíamos hecho al principio. También cabe hacerse preguntas subordinadas a las grandes preguntas iniciales. Responder, inspirándose en información nueva, estas preguntas subordinadas, lleva a poder responder mejor las amplias preguntas iniciales.
  7. Compartir y distribuir el conocimiento a lo largo de todo el proceso de indagación. Esto quiere decir compartir de verdad todo el proceso: las preguntas iniciales, las conjeturas y las hipótesis que uno formula y luego modifica, la información nueva que va descubriendo y las revisiones de las preguntas y problemas iniciales. La interacción favorece que la persona descubra las contradicciones, inconsistencias y limitaciones de sus propias hipótesis puesto que se enfrenta a otros puntos de vista de forma continua. Explicar nuestro propio punto de vista favorece, de nuevo, el compromiso cognitivo, y nos fuerza a organizar y reorganizar el conocimiento.

Visto el protagonismo de la colaboración en red en el modelo, no es de extrañar que éste surgiera en los años 90, de la mano de Internet. Sin herramientas que facilitan la compartición y colaboración intensiva, no sería posible su uso. Esto no quiere decir, por supuesto, que disponiendo de las herramientas, su amplia aplicación sea fácil. Nada más lejos, me temo. Pero para los que sí están, en su forma de pensar, preparados para aprender y construir conocimiento en red, es un modelo y una guía útil.