Peter Drucker en 1967 en McKinsey Quarterly sobre el ordenador en la empresa:
Estamos empezando a darnos cuenta de que el ordenador no toma decisiones; solo las ejecuta. Es un completo idiota y en esto está su punto fuerte. Nos obliga a pensar, a poner criterios. Cuanto mas estúpida la herramienta, más brillante ha de ser el maestro — y ésta es la herramienta más estúpida que jamás hemos tenido. Todo lo que puede hacer es decir cero o uno, pero puede hacerlo extremadamente rápido. No se cansa y no cobra por horas extra. Amplía nuestras capacidades más que cualquier otra herramienta porque puede hacer todos los trabajos no especializados. Al relevarnos de este tipo de trabajos, nos permite —de hecho, nos obliga— a pensar y analizar detalladamente lo que hacemos.