Son pocos los funcionarios del Instituto Nacional de la Democracia y los Derechos Humanos de Turkmenistán, pero cada uno ha participado y ha vuelto a participar en cursos impartidos por encargo de distintos estados y organizaciones internacionales. Si la hipótesis es que los funcionarios formados por Occidente utilizarán el conocimiento transferido cuando llegue el momento, parece más razonable pensar que cuando realmente habrá cambios, raramente serán los funcionarios de un régimen desacreditado los que liderarán la transformación del sistema.