Ha pasado ya más de un año desde que Google implementó su nueva política de privacidad que permitió, entre otros, que la empresa use los datos que obtiene de los usuarios a partir del uso que éstos hacen de sus diferentes servicios (Buscador, G+, +1) para la personalización de los anuncios.
Es decir, si navegamos con sesión de Google iniciada, es probable que los anuncios que veamos en las búsquedas, en YouTube, en Gmail y en las numerosas páginas que forman parte de la Red de Display de Google, sean anuncios de empresas que ayer, anteayer o la semana pasada buscamos en Google o con cuyos contenidos interactuamos en algún momento del pasado reciente.
Fue al hacer trabajos de inteligencia competitiva que me di cuenta de que Google efectivamente estaba personalizando los anuncios. Al ponerme a averiguar si la empresa investigada usaba o no SEM, me daba cuenta de que ya lo sabía. No fue inmediato –la ceguera a los anuncios sigue existiendo– pero al final caí en que no me hacían falta más búsquedas, que sabía perfectamente si el SEM estaba o no presente en la estrategia de la competencia. Desde entonces, cada vez que navego con sesión iniciada, constato que Google prácticamente ya no me muestra anuncios que no estuvieran personalizados.
La personalización de los anuncios, por cierto, se puede inhabilitar. Lo podemos hacer en la sección Configuración de anuncios. Por último, siempre está la opción de no ver los anuncios en absoluto, instalando AdBlockPlus en el navegador, muy recomendable también como primer paso para prevenir la infoxicación.