Antes, cuando compraba libros en papel, lo hacía casi siempre en la Casa del Libro o la FNAC. Luego me hice con un lector de libro electrónico y dejé de comprar libros en papel. Por completo. Hace poco, sin embargo, me encontré pagando un libro en papel por segunda vez en el transcurso de pocas semanas. Era el «Manual de tipografía» de John Kane. Libro que, por cierto, tiene una web asociada con ejercicios.
Lo iba a pedir por correo en la web de la editorial (Editorial Gustavo Gili) pero durante el proceso de compra me desconcertó que el IVA (4% en el caso de los libros en papel) se calculara tras añadir los gastos de envío. Es un importe muy pequeño pero, quizá porque me parecía injusto pagar ese IVA también por los gastos de envío, quizá porque transmitía un proceso de compra diseñado con poco cuidado al detalle, abandoné. Encargué el libro en Tipos Infames, una librería en nuestra calle al que vamos a menudo para reunirnos con clientes y colaboradores. En una de nuestras últimas reuniones, al pagar los cafés me avisaron de que el libro ya estaba. Y me ahorré los gastos de envío por completo.
Pero es que unas semanas antes ya me había comprado otro libro en esa librería. «Despacio» de Remedios Zafra, un libro entretenido sobre distintas formas de afrontar el cambio/crisis actual.
Esta vez, la compra fue espontánea. Acabé en la presentación de este libro un poco por casualidad y, tras escuchar las charlas, y ya que estaba, me compré el libro. Creo que también tuvieron que ver con esta compra, para ser fiel a lo acontecido, los buenos vinos que sirven en Tipos Infames en las presentaciones de libros.
No sé si seguiré comprando libros a este ritmo y acabaré volviendo parcialmente a la lectura de libros en papel (del primer libro, por ejemplo, me molesta el papel con brillo y su peso considerable). Me ha interesado comentarlo porque estas dos compras han sido prolongaciones de otras cosas que hacía en la librería y en este sentido, son una pequeña demostración de que el modelo de no ser sólo librería funciona.
No consigo adaptarme al libro electrónico. Sé que en parte se debe a que como tengo muchos libros acumulados en casa, la lectura retrasada hace que no me pase definitivamente al eReader. Y cuando lo cojo sigo notando cómo me falta el tacto, el volver a hojas anteriores, el recuerdo visual de dónde terminaban capítulos, etc. Pero eso sí, también he dejado de comprar en librerías, salvo regalos, así que debe ser cuestión de tiempo
Tipos infames es una librería pequeña pero muy diáfana, con grandes cristaleras, estanterías bajas para los libros y una barra blanca a la derecha?? Quisiera saber si la reconozco o no…
A mí el cacharro me vino genial creo que por dos motivos: (1) al mudarme de un pueblo a una ciudad más grande, de allí a una ciudad aun más grande y de allí a otra aun más grande en la otra punta del continente, siempre me tocó asumir pérdidas, entre éstas de libros, y (2) siempre he tenido y sigo teniendo, poco espacio para ellos.
La librería que describes encaja con Tipos Infames salvo la barra que sí es blanca pero está a la izquierda. Aunque, claro, depende desde donde lo mires.
sí, esa esa librería. Bueno, para una vez que estuve y hace ya un año, voy a considerar que el recuerdo era bueno. me compraron un libro, así que puedo decir que la experiencia fue muy satisfactoria.
Una cosa que lamento en los ebooks es que no puedan adaptarse bien a leer informes profesionales que puedo bajarme por la web, y que están llenos de tablas y gráficos para los que la conversión fracasa estrepitosamente. Esto obliga a imprimir, porque leer muchas páginas en pantalla de ordenador me cansa (y no tengo tablet y entiendo que también me cansaría).
Estoy de acuerdo. Los PDFs, sean publicaciones científicas sean informes profesionales, no suelen estar pensados para leerse en estos cacharros. Hay alguna iniciativa de publicar a la vez en PDF y ePub (lo hace el Cedefop, por ejemplo, una institución europea de investigación de la formación profesional) pero más pensando en tablets que en ereaders, ergo dando por hecho que nadie va a dedicarle más tiempo a la cosa que lo que permite la lectura en pantalla con luz. Cuando publicando para pantallas sin luz, tendrían contento justo al grupo de personas que realmente lee con atención.
Yo tengo el problema que la actividad académica me lleva a leer libros de la era «pre-ebook» que sólo están en papel y tambien tengo la necesidad de poder incluir citas en mis trabajos haciendo referencia a la página. He encontrado que algunos de los últimos «ebooks» que he comprado te dan la información del número de página equivalente. Yo sigo sintiendo el fetichismo del libro de papel para según qué lecturas.
Es importante poder localizar partes concretas de libros. Con el libro electrónico se abre la posibilidad de poder hacerlo incluso independientemente de ediciones concretas yendo más allá de indicar número de página equivalente. Me imagino que será necesario más tiempo para llegar a un acuerdo sobre la forma concreta de hacerlo. Respecto a la preferencia y el valor de lo físico, nada que objetar por supuesto. Una de las observaciones sobre las que se fundamenta el manual de tipografía que aparece en el post es que, por más que ya no se fabriquen tipos en metal, «la tipografía es física».