Me la encontré en el libro “Qualitative Research in Management” de Evert Gummesson (2000). Es un libro que leemos en la asignatura Métodos Cualitativos de Investigación Social. Es una expresión que proviene de la compitación y se refiere a que los ordenadores procesan cualquier input, aunque sea sin sentido para producir un output, aunque también sin sentido.
En el ámbito anglosajón se usa comúnmente para referirse a situaciones en que los resultados son pobres porque los datos (o cualquier otro tipo de input) con los que trabajamos son incorrectos o imprecisos.
Por ejemplo, de un texto confuso difícilmente sale una traducción brillante, de un pulpo no ablandado un buen pulpo a la gallega o de comer comida basura un organismo fuerte y sano.
En español se utiliza la expresión «basura que entra, basura que sale». En el blog Análisis y comunicación de datos cuantitativos he encontrado la siguiente tira de Dilbert que viene a cuento:
Del acrónimo GIGO se ha creado Garbage In Gospel Out. Expresa bastante bien las situación cuando la tecnología se convierte en mantra, ¿no?