Una visualización de mis lecturas

Tardo menos de un año en volver a publicar aquí. La vez anterior tardé más de dos. El heredero crece, ya tiene 4 años y estoy pudiendo dedicar ratos a estudiar, leer y escribir.

Me ha dado por empezar el Data Analytics Professional Certificate de Google en Coursera. En el primer curso piden que empecemos a anotar datos de nuestra vida personal. Que compartamos una pequeña visualización.

Así es como llegué a mi lista de lecturas. Hace unos años empecé a anotar los libros que iba a leyendo. También hice el intento de recordar qué libros había leído en el pasado. Ahí seguramente falten muchos porque no tengo buena memoria. Tenía el listado en una página de este blog.

Ahora lo he llevado a una hoja de cálculo y lo he organizado y analizado.

Por un lado he analizado el número de títulos leídos.

Nótese el año atípico de 2010 con 34 libros. Fue un año dedicado al estudio, a reinventarme; de alguna manera. Y el de 2018 con 0 libros; fue el año de cuidar al heredero bebé que ya no dormía tanto.

Otra visualización que compartiré es el de mis autores más leídos.

Mi top 3 está siendo un top 7, con 4 autores compartiendo el segundo y 2 autores compartiendo el tercer puesto.

Por último y sólo por lo bonito que queda, mis autores más leídos vistos en un mapa regional.

Empire

Este año he retomado la buena costumbre de leer libros de historia. Lo he hecho con un libro de Niall Ferguson que lleva conmigo desde antes de venirme a vivir de Madrid a Málaga.

Y con dos citas traídas del epílogo del mismo rompo el silencio en el que este blog lleva sumido desde hace más de dos años.

A country’s economic fortunes are determined by a combination of natural endowments (geography, broadly speaking) and human action (history, for short). This is economic history’s version of the nature-nurture debate. While a persuasive case can be made for the importance of such given’ factors as the mean temperature, humidity, the prevalence of disease, soil quality, proximity to the sea, latitude and mineral resources in determining economic performance, there seems strong evidence that history too plays a crucial part. In particular, there is good evidence that the imposition of British-style institutions has tended to enhance a country’s economic prospects, particularly in those settings where indigenous cultures were relatively weak because of thin (or thinned) population, allowing British institutions to dominate with little dilution. Where the British, like the Spaniards, conquered already sophistcated, urbanized societies, the effects of colonization were more commonly negative, as the colonizers were tempted to engage in plunder rather than to build their own institutions. Indeed, this is perhaps the best available explanation of that great divergence which reduced India and China from being quite probably the world’s most advanced economies in the sixteenth century to relative poverty by the early twentieth. It also explains why it was that Britain was able to overhaul her Iberian rivals: precisely because, as a latecomer to the imperial race, she had to settle for colonizing the unpromising wastelands of Virginia and New England, rather than the eminently lootable cities of Mexico and Peru.

¿Pero qué instituciones británicas fomentaban el desarrollo?

The economic historian David Landes drew up a list of measures which the ideal growth-and-development’ government would adopt. Such a government, he suggests, would

(1) secure rights of private property, the better to encourage saving and investment;

(2) secure rights of personal liberty… against both the abuses of tyranny and… crime and corruption;

(3) enforce rights of contract;

(4) provide stable government : governed by publicly known rules;

(5) provide responsive government;

(6) provide honest government… [with] no rents to favour and position;

(7) provide moderate, efficient, ungreedy government… to hold taxes down (and) reduce the government’s claim on the social surplus.

The striking thing about this list is how many of its points correspond to what British Indian and Colonial officials in the nineteenth and twentieth century believed they were doing. The sole, obvious exceptions are points 2 and 5. Yet the British argument for postponing (sometimes indefinitely) the transfer to democracy was that many of their colonies were not yet ready for it; indeed, the classic and not wholly disingenuous twentieth-century line from the Colonial Office was that Britain’s role was precisely to get them ready.

Be lucky #2019

Foto tomada en: Benalmádena, Spain

Con esta foto de los tréboles de nuestro minijardín os deseo feliz 2019 antes de disponerme a arrancarlos del césped.

«Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo»

Thomas Jefferson

Areneros de Madrid

Tomada en: Plaza de Olavide

En Málaga hay areneros gigantes llamados «playas» pero no hay areneros en los parques infantiles.

En Madrid los parques infantiles están enteros dentro de grandes areneros. Y es que la funcionalidad «arenero» es lo que más mola de un parque infantil.

O eso vimos en las plazas Olavide y Conde de Suchil.