Aunque personalmente me gusta llamarlos recursos de aprendizaje libres, los recursos educativos abiertos se llaman así con motivo. Porque la mayoría, de hecho, no son libres.
Es interesante el aporte de Stallman al debate pues ni siquiera critica de forma directa el atributo «no comercial» (uno de los atributos no libres del Creative Commons), puesto que, dice Stallman, con éste al menos existe la posibilidad de pedir permiso al autor para un uso comercial. Cosa que no sucede en el caso de aquellas licencias Creative Commons que, de forma simultánea, permiten obras derivadas pero no permiten un uso comercial (BY-NC y BY-NC-SA).
El punto de Stallman es que al estar permitidas las obras derivadas, obtener permiso para el uso comercial de un recurso que es la mezcla de varios otros recursos, implica solicitarlo a cada uno de los creadores originales. El efecto acumulado serían recursos con tal número de autores originales que una petición de permiso resultaría prácticamente imposible. Se produciría, por tanto, un efecto de lock-in con recursos cuyo uso comercial no sería posible negociar.