Hay que reconocer que la reacción de los usuarios de Instagram ante el anuncio de que se compartirán sus fotos con Facebook y se retiene la propiedad de la empresa sobre ellas ha sido carne fácil para xkcd. Pero también que lo ha hecho muy bien aportado ese toque de humor que permite afrontar los defectos propios. En este caso, la preferencia por una situación en que es otro que se hace cargo de tus cosas sin querer asumir las inevitables consecuencias.