Hace poco me pegué un madrugón tremendo y crucé media ciudad para luego permitir que me corten y me hagan una herida que tarda en curarse más de un mes. ¿Suena a aventura masoquista? Era una prueba médica.
El resultado me lo darán a mí para que lo consulte con quien quiera. No tengo certeza pero supongo que estará hecho según unos estándares que permiten que cualquier especialista lo pueda interpretar. Lo contrario sería un lock-in y me crearía una dependencia de un sólo proveedor de servicios médicos. Decidirme por otro supondría un nuevo madrugón, un nuevo viaje…
El otro día, en el curso sobre analítica para el aprendizaje, me encontré con el proyecto APML, un estándar para el perfil de atención de las personas. Lo recuerdo de 2008, de mis primeras incursiones en la web 2.0. Veo que no ha avanzado nada desde entonces. Quizá un poquito, muy poquito.
Se trataba de una estándar que permitiera exportar de las plataformas centralizadas de «redes sociales», todos mis datos de atención: mis conexiones, conversaciones, etiquetas, clics, páginas vistas etc. Poder conocer, disponer de estos datos y poder llevarlos a otro sitio. Lo contrario es empezar desde cero una y otra vez. Un nuevo madrugón, un nuevo viaje…