En servidores enormes, en edificios por todo el mundo, están todos los libros. Los tiene Archive.org. Los tiene Google. Los tiene Hathi. Y están añadiendo libros nuevos todos los días. Pero en lugar de poder tenerlos en tu dispositivo, usando la tecnología contemporánea, aún tienes que buscar como un tonto, dónde adquirir legalmente una versión digital, en el formato que tu lector de libro electrónico sea capaz de cargar, con derechos más reducidos que del libro físico, aunque por más o menos el mismo precio: poder marcarlo, prestarlo, regalarlo o venderlo. En otras palabras, tienes que esperar hasta que el barco se hunda de verdad y la literatura, las bibliotecas, la academia y la lectura desembarquen por fin en el siglo XXI.