Hay muchos motivos que pueden llevar a la pyme a plantearse la creación de itinerarios formativos propios. La incorporación de personas nuevas y la formación continua de las personas ya a bordo pertenecen a los más importantes. Lo primero es, por supuesto, la intención de dedicar tiempo y esfuerzo al aprendizaje. Una vez que ésta existe, lo habitual es contratar cursos, bonificados o no, de proveedores de formación, externalizando la formación. Y ésta es una decisión que hoy en día cabe cuestionar pues el conocimiento se está convirtiendo en el activo más importante de las empresas y su gestión, mediante el aprendizaje, en una actividad core de cada vez más pymes. Y las actividades que son el core no se externalizan a la ligera.
Los itinerarios formativos propios de la pyme son el tema de mi reciente post en Con tu Negocio, el blog para pymes de Movistar. Con tres elementos claves: herramientas, contenidos e interacción. Planteo posibilidades como la no necesidad de un profesor como figura central y el tremendo valor del contexto real, dos posibles ventajas de los itinerarios propios de empresa frente a los cursos externos. Ello no quita que sean un gran reto para la empresa. Lo son. Pero son un reto con recompensas más que interesantes, como aumentar el atractivo de la empresa ante personas responsables y con talento, convertirse en referente en el sector y abrir los itinerarios ante clientes, proveedores y personas externas.