Los representantes de los estudiantes Erasmus, en su declaración en el 25. aniversario del Programa, proponen una circulación más libre de los estudiante entre las universidades, sin depender del presupuesto del Programa.
Utilizar las asociaciones de estudiantes y las redes sociales para facilitar el acceso a un trabajo compatible con las estancias formativas que permita el acceso al programa de un mayor número de estudiantes. Que se permita la libre movilidad de Erasmus sin beca económica.
Me parece una de las propuestas más interesantes de esta declaración. Podría ser una de las soluciones a la sobreburocratización del Programa, que está recibiendo cada vez más críticas. A la vista del aumento del presupuesto para la fase 2014-2020, cabe la posibilidad de que la tendencia de más burocracia y centralización vaya en aumento. Por eso, este tipo de críticas son relevantes y ahora es el momento para expresarlas, antes de que se articule el sistema que administará el «Erasmus para todos».
Ahora bien, sin beca económica, tal como se propone en la declaración, hay muchos menos trámites administrativos y, en cambio, mucha más necesidad de apoyo, habilidades y conocimiento para encontrar un trabajo y poder ganarse el sustento mientras uno estudia fuera. Un cambio de reglas importante que iría en la buena dirección: más asunción de responsabilidad por los propios estudiantes. Yo lo vería con buenos ojos. Habría más recién titulados con experiencia real de trabajo y, por tanto, ideas más claras, para cuando se consigue el titulo.
Por otro lado, si miramos esa parte del mundo en que sucede el aprendizaje informal –sin créditos y títulos oficiales aunque no sin reconocimiento social– esta propuesta ya es realidad. La Bombonera de Barco aprendió en fábricas de chocolate en Suiza y Francia antes de montar su propia bombonería, mientras la pastelera y heladera de Chocolatísimo acaba de regresar de Italia, última parada de una serie de estancias que organizó con el fin de aprender cosas nuevas. De experiencias de este tipo se pueden sacar lecciones valiosas sobre cómo financiar o complementar la financiación de las prácticas en el extranjero mediante soluciones novedosas y menos obvias.
Noticias como las que sacaron hace poco en Erasmoos y en Erasmusu, indican que hay empresas dispuestas a pagar por la publicidad que les pueden dar estudiantes y aprendices viajeros. En el primer caso, es la oficina de turismo de Flandes que paga por que estudiantes Erasmus escriban y editen un blog en español sobre las atracciones turísticas de esa región. En el segundo caso, una empresa de logística que vende servicios a viajeros internacionales paga por que estudiantes Erasmus le creen publicidad en la web.
Seguro que no son las únicas y que muchas empresas en una variedad de sectores en fase de internacionalización estarían dispuestas a pagar por publicidad o bien por conocimientos específicos sobre determinados mercados extranjeros. La mayor parte del conocimiento del mundo es local, la mayoría de las empresas también lo son y lo que necesitan es conocimiento local sobre otras empresas similares pero en otros países y regiones. Justo el tipo de conocimiento al que tienen acceso las personas que van a aprender al extranjero.
Foto | Scott Wills