El Cosmonauta ha sido para mí un poderoso recuerdo de las películas de Andrei Tarkovski que iba a ver nada más llegar a Budapest desde una ciudad mucho más pequeña y descubrir que existían los llamados «cines de arte». La estética es seductora, de sueño. El guión, sin embargo, se me queda corto para un largometraje. Me han dejado sin conocer a los protagonistas.