El problema es que estamos abarrotados de información
¿De dónde saco yo tiempo para los 1.500 artículos al dia que llegan a mi lector de feeds?
Estas frases reflejan uno de los problemas que percibimos los humanos a los que nos ha tocado vivir en la Era de la Información pero que seguimos disponiendo de sólo 24 h al día.
Y entonces leo en el libro La Alquimia de la Multitudes de Francis Pisani y Dominique Piotet (Paidós Editorial, 2009, 25 eurazos o disponible online en francés) que «cuanta más información tengamos, más eficaz será el orden«. Están hablando de las folcsonomías, un «nuevo tipo de organización de la información» distinta a las tradicionales taxonomías. Recurren a David Weinberger, filósofo y uno de los autores del Manifiesto Cluetrain (le debemos lo de «los mercados son conversaciones») para explicar las características de las folcsonomías:
- Se presentan bajo la forma de montones de hojas y no de jerarquías tipo árbol
- En vez de diseñarse de antemano, se desarrollan sobre la marcha
- No pertenecen a nadie y no están controladas ni centralizadas por nadie
Weinberger es autor del libro Everything is Miscellaneous, The Power of the New Digital Disorder (Todo es diverso, el poder del nuevo desorden digital). La introducción y el primer capítulo están disponibles en inglés en el blog del libro y ofrecen, lo he comprobado, una experiencia de lectura estupenda.
«La solución a la sobreabundancia de información es añadir más información» afirma Weinberger y, efectivamente, es lo que hacemos cuando etiquetamos nuestras fotos en Flickr o Facebook. En el mundo físico, una foto sólo puede estar en un sitio concreto de un álbum concreto. En el mundo digital, puede estar en varios sitios a la vez. Adiós al «todo en su sitio». En el nuevo orden del orden «todo es diverso»: la foto que yo etiqueto como «la boda de Miguel» otra persona la puede etiquetar como «momento embarazoso» o «baile ritual». Y ninguna es mejor que la otra porque una de las consecuencias del nuevo orden del orden es que «debemos deshacernos de la idea de que existe una forma mejor que las demás de organizar el mundo».
Esto tiene otras y bien profundas consecuencias en las instituciones que tradicionalmente tienen la autoridad de clasificar el mundo. El nuevo orden del orden «hace que cambie nuestra percepción de cómo está organizado el mundo y – más importante aún – de quién tiene la autoridad de ordenarlo.»