Apuntarse el peso diariamente es en sí un buen método para adelgazar. Convertirlo en hábito no parece difícil y esos dos minutos al día que le dedicamos, hacen que la meta esté presente en nuestro día a día. También es una oportunidad diaria de reflexionar sobre el avance.
He leído sobre una persona, se llama Hugo, que aparte de apuntar diariamente su peso, fotografió durante un mes cada comida que tomaba. Todo al raíz de una operación cardíaca y un experimento de comer vegano.
El experimento de Hugo me gusta. Mi reflexión al hilo es que, si para un adelgazamiento paulatino pueden ser suficientes esos dos minutos de apuntarse el peso, querer darle un giro drástico a nuestra dieta, como comer vegano, para ser viable requiere probablemente de más apoyo. En este caso, el anuncio del experimento, su documentación y su compartición. Juntos, estos elementos pueden permitir dos cosas: la autoreflexión más frecuente y un seguimiento p2p (aunque sólo sea potencial y haya poca interacción) que aumente el compromiso. El lema del experimento:
I hope that sharing these photos with the world will encourage me to become more mindful, selective and aware of what I eat. My motto for the month is «if I’m embarrassed to photograph it and share it with others, I should feel embarrassed to eat it.»
Es el enfoque desde dentro hacia afuera («me impulsa a ser más selectivo») que diferencia este experimento de la reeducación y el adiestramiento.