Hace unas semanas estuve viendo Path, una aplicación para móviles, optimizada para el mantenimiento de las relaciones más íntimas de las personas: pareja, familia, amigos íntimos. Si Facebook no me gusta porque persigue mantener las personas y las relaciones dentro de sus muros (aparte de ser una aplicación privativa y centralizada y una empresa que trafica con datos personales), Path, que hace lo mismo pero con la meta de que te expongas aún más, en tu faceta más íntima, me echa mucho para atrás. Pero me ha resultado interesante descubrir en Error500, que en Path el número máximo de las personas con quienes compartes está limitado a 150, inspirado en el Número de Dunbar.
En Bazar, dónde pensábamos en las redes como grupos de empresas interesadas en crear un mercado preferente entre ellos y de cara a su exterior, también barajábamos el Número de Dunbar como el tamaño máximo de un grupo de empresas así.
150 parece ser el número aproximado de personas con las que podemos relacionarnos a base de responsabilidad y confianza. La escala humana. Más allá de este número, nos volvemos un poco hormigas hasta, en algún momento, sólo diferenciar entre Cero y Algunos, algo que nos acerca a argumentaciones como esta de la Reina de las hormigas: «No te preocupes por las hormigas bajo tus patas, no es posible que mates más de cero».
Todo límite, hablando de relaciones, me resulta extraño. Inconcientemente intenté cuantificar las personas que elegiría si tuviera que mantenerme en un límite y fui incapaz de crear un ecosistema cerrado, ni personal ni profesional, algo por otra parte, difícil de separar.
No sé si ese 150 se corresponde con la capacidad de relaciones de confianza pero seguro que pertenecen a distintos ámbitos y parece difícil agruparlas. No consigo ver las «redes sociales» como una opción más allá de bajar un momento a tomar una cerveza intrascendente y volver a lo tuyo. Pero es una percepción poco fundamentada y escasamente razonada (la mía, me refiero)
Yo me imagino como un nodo en una red en el que puedo estar conectada, de forma directa, a más o menos este número de otros nodos. Como cada uno de estos nodos tiene sus propias conexiones directas, no hablaríamos de un círculo cerrado. Más allá de ese número, creo que toca aceptar las limitaciones de nuestro cerebro, que más nos vale conocerlas, conocernos.
El riesgo está, creo, en vivir en la ilusión de que estamos en contacto directo con miles de personas, cuando a ese nivel la mayoría de estas conexiones ya serán necesariamente intermediadas. Pensar que no hay intermediación es un autoengaño y nos puede exponer a peligros (confiarnos demasiado, basar las decisiones en ilusiones).
De todos modos, ya va siendo hora de que lea algo de Dunbar directamente :), después de tanto mencionarlo 🙂
Schneier en Liars & outliers aplica la idea de «proxy» a la confianza. Esto es, yo quizá sólo conozco a una persona, pero y ¿si la confianza la deposito en una marca? Igual sólo conozco a Julen, pero si creo que él es suficientemente estricto a la hora de repartir el badge de la red de consultoría artesana, ¿mi confianza en Julen puede ser transitiva hacia la red? Y si es así, ¿no estaría fiándome de 5-7-10 personas en lugar de en 1? ¿Cómo afecta eso a mi Dunbar? ¿Consumo 1 slot o consumo 10? 😀
Es una reflexión interesante, imagino que podemos tirar del hilo bastante rato…
Pues tampoco he leído nada de Dunbar directamente así que sólo puedo interiorizar los conceptos sin profundizar. Yo también me imagino como un nodo de red, pero no sólo en lo virtual, también en lo real. De hecho prefiero menos conexiones y de confianza y suelo tener referentes en los distintos ámbitos, como en el caso el que tú citas Jose o el de Gonzalo, vosotros y algunos más que suelo enlazar en mi blog. Me siento cómoda conectándome así, no soy de masas sino de grupos más pequeños y conversaciones.
Pienso que esto también se debe a que son nodos que aportan mucho conocimiento y que abren muchas vías de aprendizaje y reflexión, por eso tampoco puedo ni quiero que sea demasiado amplia la red directa. Aunque bueno, creo que de hecho es muy amplia por eso no doy encontrado minutos suficientes. 🙂
O quizá estos nodos que nos aportan cosas lo hacen porque nos tomamos la molestia de ver qué podemos hacer juntos. Hay ritmos y entornos de comunicación que no apoyan esa puesta en común. Dicen que Faceboook et al. han conseguido que nos comuniquemos más. Aún dando por bueno eso (yo tengo mis dudas), lo que es seguro es que no han conseguido que nos comuniquemos mejor.
Creo que consumo 1 🙂 Me resulta muy sugerente pensar así en las marcas. Un ejemplo a eso es que la infoxicación se arregla con redes de confianza. Lo importante parece ser que los nodos sigan siendo personas y no instituciones ¿no?