According to startup IntelligentM, one in every twenty patients admitted to the hospital will get an infection while admitted, and 50 percent of those infections are related to poor hand hygiene on the part of health care workers.
La noticia en Gigaom me animó a buscar cuándo vivió Semmelweis, el médico que «consiguió disminuir drásticamente la tasa de mortalidad en un 70% por fiebre puerperal entre las mujeres que daban a luz en su hospital, mediante la recomendación a los obstetras de que se lavaran las manos con una solución de cal clorurada antes de atender los partos».
Fue hace más de 150 años.
La propuesta de Semmelweis recibió un rechazo rotundo por parte de la comunidad de médicos de entonces. Hasta el punto de, pese a la evidencia, resultar expulsado del hospital.
Aunque aun cueste lavarse bien las manos (nada que una buena app no pueda solucionar, dirían en IntelligentM), parece pues que sí que hay un gran avance desde los tiempos de Semmelweis.