La mayor parte de los grupos de LinkedIn en castellano carecen de contenido de calidad: datos relevantes, enlaces de interés, reflexiones que puedan ayudar a otros.
La cita es del Manual de Uso de LinkeIn que publicó Territorio Creativo, que identifica esta carencia en los grupos de LinkedIn como una oportunidad para destacar por parte de quienes sí quieran aportar contenido de calidad.
De entrada, pienso que las personas más preparadas para aportar en los grupos de LinkedIn son las que ya construyen identidad digital de forma proactiva en un espacio que les pertenece o les pertenece más: un blog autoalojado o, como poco, un blog en una plataforma. Igual que, como lo escuché hace poco de Sherry Turkle, las personas que llegan a Internet desde una cultura de reflexión son las que más aprovechan las herramientas para mejorar su vida, las que dicen lo que tienen que decir en espacios propios son las que mejor lo van a hacer también en sitios como LinkedIn.
Pero para esto hacen falta grupos vivos con conversaciones estimulantes. Y estos también escasean. Para que existan no sólo es necesaria una cultura de generación de conocimiento sino que, además, a los dinamizadores les convenza articular las conversiones en LinkedIn, un entorno en que, recordemos, predomina visualmente la marca de LinkedIn, no ofrece suscripción por RSS y no facilita la documentación de las conversaciones o que se pueda disponer con total libertad de los datos para su posterior análisis y reutilización.
En mi experiencia, los grupos de LinkedIn son más tablones de anuncios que grupos de conversación. Sirven para descubrir conexiones nuevas —en este sentido sí se puede destacar— que potencialmente se podrán transformar en relaciones de mayor compromiso. Pero esta transformación no sucederá en LinkedIn sino en entornos más adecuados para la articulación de la confianza como los blogs, los encuentros presenciales o el email.
Estos días me he hecho un perfil en linkedin para ponerme en contacto con una persona de la que no tengo el correo electrónico. Al encontrarla he querido enviarle un mensaje a través de la plataforma, pero sin «hacerlo amigo», ya que tampoco la conozco lo suficiente.
Pues lo que en facebook es posible sin más, en linkedin tienes que hacerte socio de una suscripción pagada. Por no hablar de los múltiples mensajes-coñazo que recibo cada día para recordarme que tendría que rellenar los campos vacíos de mi perfil.
Sé de alguien que no durará mucho en ese engendro…
He usado la plataforma con algo más de intensidad sólo últimamente para comprobar por mí misma lo que he ido leyendo y escuchando. Parece que para lo que está, es decir, ser un marketplace para la demanda y la oferta de trabajo, sirve muy bien. Tu experiencia (parecida a la mía al principio) se debe a que está optimizada para generar la confianza necesaria en un marketplace así. No es el sitio, por tanto, donde obtener un buen día el mail de alquien para escribirle, de modo que si se usa para eso, genera frustración. Otro buen argumento, por cierto, para tener sitio propio en la Red donde comunicar lo que queremos comunicar sobre nosotros (por ejemplo, la manera en que otros pueden contactar con nosotros) y no depender de plataformas que, con toda lógica, tienen sus propias reglas bien afinadas para alcanzar sus objetivos. Ya te digo, si juegas con sus reglas LinkedIn probablemente te da lo que te promete (mejores transacciones en el mercado laboral) y no te da lo que no le conviene (fácil acceso para contactar con sus usuarios).
Aunque muchos no lo quieren ver (sobre todo algunos de sus competidores a nivel local), LinkedIn es un portal de empleo con todas las de la ley.
Es cierto, que tienen un aura de empresa tecnológica, que no se lo discuto y además creo que lo hacen muy bien, pero tienen un modelo de negocio muy claro y de ahí las limitaciones y frustraciones que algunos usuarios pueden experimentar.
Si alguno quiere profundizar en el tema, hace tiempo hice un análisis de la compañía cuando sacaron una de sus novedades más interesantes.
http://mimacedonia.tumblr.com/post/8144851763/apply-with-linkedin-marcando-las-nuevas-reglas-del
Ahora que lo voy conociendo un poco más, no puedo sino estar de acuerdo contigo en que LinkedIn es para tomarlo en serio como portal de empleo. Es llamativo, por ejemplo, que lo usen en el marco de un proyecto de reclutamiento EURES siendo el propio EURES, ooops, un portal de empleo.
Muy interesante tu análisis, llena de novedades para mí en cuanto al modelo de negocio de la plataforma. ¡Gracias por compartirla!
No tenía de ese proyecto de colaboración entre el SEPE y su homólogo sueco y menos que estaba articulado vía LinkedIn, de todas maneras, no es la primera vez que veo algo parecido, en EE.UU Facebook y el Departamento de Trabajo firmaron el año pasado un acuerdo de colaboración:
http://mimacedonia.tumblr.com/post/12065756324/social-jobs-partnership-facebook
¡Otro análisis muy bueno! Una posible lectura es que si las instituciones eligen depender de plataformas de terceros, más importante aun es que las personas tengan, como pilar de su identidad profesional en la Red, un espacio propio 🙂
Sólo por sumar a la impresión generalizada, dejo constancia de que nunca le he visto la gracia, ni la utilidad real, pero le voy a dar una oportunidad leyéndome los enlaces aportados en los comentarios. Aunque creo que el problema de fondo del empleo es otro…
Sobre uno de los problemas de fondo: el co-fundador de LinkedIn es co-autor de un libro sobre espíritu de empresa (no lo he leído aun, el vídeo promocional desafortunadamente tiene el problema de poner como ejemplo a Zuckerberg).
Los grupos de Linkedin tienen sus cosas buenas también, alguno activo hay, pero te encuentras mucho autobombo y peloteo que raya en lo absurdo (parece que impone eso de firmar con nombre, cargo, foto y demás en ese entorno)
Al final, sirve como otras redes sociales: un buen complemento para la difusión y descubrir algunas cosas nuevas. Pero no dejaría en manos todo ahí. Al fin y al cabo el interés de Linkedin es una base de datos de profesionales, no sé hasta qué punto le interesa que sus miembros seamos fácilmente contactables (para eso venden las cuentas premium, con la posibilidad de los mensajes inmail)
Eso sí, ahorra trabajo en algunos casos (siempre contaba el caso de un amigo, que gracias a algunos grupos de Linkedin ahorró mucho tiempo en la selección de una plataforma de innovación para su empresa)
Mi experiencia es parecida a la tuya: hay bastantes conversaciones de feria, al menos en algunos grupos transnacionales. Importante y buen complemento, efectivamente, para obtener reconocimiento y marca (importantísimo pero sólo sirve si «de base» ofreces conocimiento, claro). Se trata de encontrar el equilibrio, en función de las preferencias personales, para que no te canse demasiado. Y conocer sus reglas para que no te frustre porque, como dices, a LinkedIn le interesa ofrecer un buen stand a sus usuarios (siguiendo la metáfora de la feria que copio de Miguel Jaureguízar) pero ofrecer la posibilidad que cualquiera contacte contigo ya es parte de sus flujos de ingresos.
Del caso que comentas seguro que se puede aprender mucho sobre cómo usar bien esta plataforma.