Ética hacker en la escritura de libros

No sé si es común pero me he encontrado con una práctica en la escritura de libros que consiste en grabar las conversaciones que uno va manteniendo. Por skype, por ejemplo. Fragmentos de éstas conversaciones se incluyen en el libro pero sin la fuente, tipo «persona de tales características dice esto».

Entiendo que hay casos en que sea necesario anonimizar las fuentes. Por ejemplo, si un empleado habla en tono crítico no «permitido» por la empresa en que sigue queriendo estar empleado después de la publicación del libro. Pero yo me refiero a casos en los que se buscan ideas y ejemplos.

Identificar ejemplos concretos para trasmitir ideas es importante. Un ejemplo concreto y palpable, igual que una imagen, vale más que mil palabras (sobre todo si las palabras de verdad son mil). Las conversaciones son una de las mejores formas de buscar esos ejemplos.

Cuando las conversaciones están escritas en la web, lo ético es enlazar la fuente. Cuando no lo están, lo ético también es mencionar la fuente y, desde la nota al pie, enlazarle en el sitio web en que quiere ser enlazado, en lugar de describirlo como «persona de tales características». Además, ponerle nombre a quien la cuenta ¿no hace la historia hasta más interesante?

La cosa se complica cuando el destino es un libro con todos los derechos reservados. En este caso, el choque entre el compartir y el encerrar lo compartido es aún mayor. De hecho, si el «encerrador» se topa con un hacker, lo más probable es que éste no quiera repetir la conversación.

3 comentarios en «Ética hacker en la escritura de libros»

  1. Hoy estuve a punto de no enlazar a Neal Stephenson. No por pereza u otro motivo:

    El problema es que no recordaba de dónde había salido la idea. Recordaba que era un escritor de ciencia ficción. Varias búsquedas y no hallaba el enlace.

    Al final recordé que lo había enlazado José y pude dar con el enlace.

    No intento disculpar la práctica. De hecho me molesta mucho ver noticias que hablan de un «nuevo descubrimiento científico» y no muestran la fuente, más aún porque muchas veces entre falta de entendimiento del escritor y la forma de expresar la noticia para que parezca interesante terminan mintiendo para todos los efectos prácticos.

    Sin embargo en ocasiones es difícil encontrar de dónde salió la idea.

    Herramientas como SemanticScuttle ayudan bastante.

    ¡Saludos!

    1. A mí también me pasa lo que comentas y, efectivamente, el SemanticScuttle está genial para evitarlo. Es absolutamente adictivo 🙂 Y si de vez en cuando no nos acordamos, tampoco pasa nada.

      Cuando sí pasa es cuando hablas con alguien con la idea citarle textualmente en tu libro, que publicas con copyright, y no lo citas con nombre sino como «profesional de recursos humanos», por ejemplo.

      Una versión aun más anti-ética-hacker es cuando hablas con alguien con esa idea pero no le avisas de que lo que te va diciendo será citado en su libro.

      La manera ética, en mi opinión es por supuesto avisar y tener como «por defecto» el citar con nombre y enlazar a la web de la persona. Habrá personas que no querrán que los cites con nombre, pero para mí lo ético es de entrada hacerlo.

      ¡Un saludo!

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