«Si aún así la gente decide entrar en este negocio, lo hace en parte porque le gusta el modo de vida», afirma la voz que representa un millón de jóvenes agricultores en Europa.
Mientras la voz lo dice para convencer a las instituciones europeas de la necesidad de un mayor apoyo público a los «jóvenes» del sector, yo, al margen, pienso que no nos podría pasar nada mejor que la gente entre en el negocio porque le gusta el modo de vida y no porque la Unión Europea les protege. Porque si les gusta, encontrarán el modo de vivir de ello, no hay más que ponerse a hablar con algunos para verlo.
El vacuno argentino será una nueva competencia para las carnes que vende Leticia pero, al mismo tiempo, el comercio será mucho más que una guerra de precios, habrá clientes de sobra para los que cuiden la receta del garum, sean más grandes o más pequeños, y hasta puede ser que Leticia empiece a vender cortes argentinos o asesorar sobre ganadería ecológica en Uruguay.
El futuro de la agricultura en Europa estará en manos de los que se dediquen a ello por que les gusta el modo de vida. Hasta hace poco era agricultor o ganadero el que no tenía más remedio o el que tenía contactos suficientes para poder recibir de forma continuada fondos europeos para el sector, pero eso va a cambiar. El reto será como poner en contacto a las personas que quieren dedicarse a ello y a las personas que disponen de tierras sin utilizar.
🙂 y las que compren los productos. O sea, ¡crear mercados!