Sharismo

Vi esta palabra por primera vez en el blog de Yoriento. Sharismo me parecía una palabra antiquísima, me sonaba a chamanismo, zarismo y cosas así. No lo identificada para nada con la palabra inglesa. Me ocurre mucho con las palabras españolizadas, sobre todo al escucharlas pronunciadas la primera vez: güeb, crisma…

En fin, pensé que se trataría de algo trascendental, me preparaba para hacer el esfuerzo intelectual que generalmente necesito para captar el significado de palabras como estructuralismo, diacronía, hermenéutica, epistemología (todas ellas de mi otra asignatura, Métodos Cualitativos de Investigación Social y que, a pesar de estas palabras, me encanta).

Al ver que sharismo equivalía a compartismo (sharism en inglés), primero me resultó gracioso.

Después, al leer sobre su significado, he vuelto a pensar que se trata de algo transcendental. Lo visualiza muy bien la siguiente imagen que encontré en El Caparazón:

Según Isaac Mao, que parece ser el creador de la palabra (corregidme, por favor, si no es así) el sharismo es «el Espíritu de la Era de la Web 2.0» y «pretende transformar el mundo en un Cerebro Social emergente: un híbrido interconectado de gente y software». «Somos Neuronas en Red conectadas entre sí por las sinapsis del software social» – añade en su ensayo «Sharismo: una revolución de la mente» traducido al castellano por Emilio Quintana de Blog Nodos Ele.

Os confieso que la idea que trasmite la imagen y el ensayo de Isaac Mao, aun coincidiendo con Emilio Quintana al atribuirle un «exceso de optimismo», me resulta muy atractiva. De pequeña pensaba que nuestras células eran como planetas que formaban el cuerpo y, a su vez, a los planetas del Sistema Solar los veía como las células del cuerpo de un ser gigante…

Ya que este post aparece en la categoría Glosario, aprovecho para comentar que sharismo ya ha generado una palabra derivada: los  “shareros” (héroes del sharism) que , según Mao, «se convertirán de forma natural en los líderes de opinión de la nueva red».

Os dejo con una imagen de este simpático chino (me parece bonita) y os animo a leer su ensayo que es cortito.

PD: Del blog Humanismo y Conectividad he sabido que el ensayo es parte del libro Free Souls que integra retratos y ensayos de gente «deseosa de compartir», realizado por el empresario y fotógrafo Joi Ito, actual director general de Creative Commons. Más fotos bonitas…

4 comentarios en «Sharismo»

  1. Creo en eso de que las personas son adictas a compartir. Fue siempre así desde el principio, cuando decidimos vivir en manadas y luego nos repartimos el trabajo y decidimos que unos cazarían y otros cocinarían, por tanto no creo que eso sea algo realmente parido recientemente… (no he leído el ensayo aún y quizá me equivoco, pero parece que la tesis del mismo circule por ahí).

    La red es, tan sólo, un ámbito en el que compartir se hace más sencillo que en entorno habitual en el s. XX (televisión, radio, consumo aislado en casa). Eso hace posible la aparición de un nuevo perfil de personas que en el manejo de estas nuevas herramientas están mucho más cómodos y construyen su identidad en la red, usando de forma intensiva los medios para comunicarse que la misma proporciona. Creo que lo describieron muy bien Alexander Bard y Jan Söderqvist en Netocracia (en sueco año 2000, traducido a español e inglés en 2002), cuando hablaban de netocracia como el conjunto de estas personas que están especialmente a gusto en este entorno y que gracias a eso y a la abundancia existente en la red consigan emerger como personas relevantes en la organización de la red a la que pertenecen (que puede no ser la misma todo el tiempo), con la cual comparten…

    Eso sí: ¡la palabra sharismo no me gustó nada! Supongo que parte del proceso de vender un libro sobre la «web social» (podríamos hablar sobre esto un buen rato) es acuñar un término nuevo… pero a mí, personalmente, sharismo no me gustó 😀

    Vaya, estuve leyendo cositas de tu blog hace unos días pero no había llegado hasta el sharismo… que ya tiene bastantes meses, además 🙂

    ¡Saludos!

    1. 🙂
      Supongo que el afán de poner nuevos nombres a cosas que siempre estaban ahí tiene que ver con la falta de lo que Jesús Martín Barbero llama «saberes históricos» en una sociedad en la que «todo está hecha para que no dure».

      Desde que leo a Kosztolányi – «aprendamos que está prohibido dejar al lector en la incertidumbre» – yo también soy más escéptica con este tipo de innovaciones lingüísticas. «Sharismo» me parece difícil que cuaje en lengua española y «compartismo» podría relacionarse no sólo a compartir sino también a compartimentar.

      Otro abrazo!

Los comentarios están cerrados.