Si la cognición es el proceso que lleva a saber algo, la metacognición es el proceso que lleva a ser conscientes de lo que sabemos, de evaluar nuestro propio conocimiento. Abarca, por ejemplo, darnos cuenta cuándo tenemos delante una información nueva, cuándo estamos generando nuestros propios hipótesis, cuándo necesitamos contrastar una información y cuándo estamos perdidos y necesitamos ayuda.
La metacognición es muy importante ya que sin ella «no sabemos que no sabemos», y podemos llegar a pensar que sí sabemos aun cuando no. Esto puede acarrear muchos problemas de todo tipo en las organizaciones y la sociedad, por ejemplo el ascenso de personas incompetentes a posiciones de poder.
La metacognición significa, a las finales, ser nuestro propio maestro, asumir cada vez más responsabilidad por las cosas que pensamos, por las que hacemos y por cómo las hacemos. Por eso, de maestro necesitamos a una persona que no sólo nos acompañe en la práctica deliberada sino que nos enseñe ser nuestro propio maestro.