El feedback, o realimentación, que podamos dar y recibir entre personas es una de las formas más valiosas de feedback. Como es muy fácil confundir la realimentación con el halago, el juicio personal, la crítica o la opinión, es bueno saber que el feedback, para que funcione, ha de ser constructivo. El feedback constructivo es específico, es sobre un asunto concreto y está basado en la observación. Puede ser positivo, sobre algo bien hecho, o «negativo», sobre algo que hay que mejorar.
Para aprender a dar feedback constructivo, hay que prestar atención a 4 cosas: contenido, forma, tiempo y frecuencia.
Contenido (qué)
- Identificar el asunto del que trata el feedback.
- Especificar lo ocurrido.
Forma (cómo)
- De forma directa.
- Con mucha claridad, evitando frases imprecisas.
- De forma sincera, evitando mensajes mixtos (muy bien, pero…)-
- Con respeto, aprecio y/o preocupación hacia la otra persona.
- En persona, de forma presencial o por teléfono.
- Centrado en hechos, no en juicios.
Tiempo (cuándo)
- Tan pronto como sea posible o tan pronto como estemos preparados.
Frencuencia (cuánto)
- Con regularidad.
Referencias
- Giving Constructive Feedback, de Marty Brounstein
- Dicen de mí…, de Raúl Hernández González