La respuesta cotiza en el mercado de oráculos del cual todo indica que es preferible mantenerse a una sana distancia. Lo que sucede es que ya es la segunda entrevista que leo con el director del Culham Centre for Fusion Energy y es la segunda vez que me pega su entusiasmo. Habla como sigue:
«Salvar el planeta es muy bonito. Hacer algo que nadie antes hizo, es atractivo. Pero, en última instancia, esto lo que es, es fascinante. Trabajo en el mejor laboratorio de fusión del mundo donde hacemos, diariamente, física a un nivel increíblemente alto. Cada noche en el tren a casa, prefiero hacer un cálculo más que un sudoku, por ejemplo de cómo se comporta un plasma de 200 millones de grados centígrados en un campo magnético. Cosas como esta son de una importancia crítica para el futuro del mundo pero también son una diversión de la leche.»
No sé si será bueno en conseguir fondos para la investigación (sospecho que malo no es), uno de los determinantes de cuándo será rentable la fusión, pero sus incentivos, en el fondo, están donde tienen que estar en un científico.