Igual que los músculos, las conexiones neuronales también se forman y se fortalecen en los límites, en la franja que separa lo cómodo de lo peligroso. Aprendemos en los límites, incluido el tiempo que nos lleva recuperarnos del casi-peligro, lo que tardamos en procesar el riesgo asumido. Un viaje como el passagium está lleno de esas lindes. Y así es como nos gusta, aunque sea agotador, porque vivir no es otra cosa que moverse, irse y nunca pararse. ¿Hay amenaza de desarmonía? Creo que no, porque lo que genera desarmonía es justo lo contrario, la inacción. Sí creo que hay un balanceo alrededor del equilibrio que es, sin embargo, parte ¿del Arte?
Un comentario en «Balanceo»
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Si quieres hacer cosas nuevas, tienes que intentar cosas nuevas. Y el vértigo no nos privó nunca de seguir escalando, aunque al enfrentar una nueva pared sintiéramos, en ocasiones, un cierto vértigo.