Freaks es una película de Tod Browning sobre el mundo de los freakshows. Se estrenó en 1932 cuando el entretenimiento protagonizado por personas nacidas con deformidades, que durante un siglo entero había generado un negocio con el que muchas de estas personas pudieron ganarse -y bien- la vida, empezó a dejar de tener aceptación social. Robertson Davies, en su Trilogía de Deptford también relata parte de este subsector del mundo del teatro y del circo que no deja indiferente a nadie. Entre las obras recientes que se adentran en un mundo parecido está Juego de Tronos. ¡No hace falta más que ver la escena de arriba de Freaks para recordar cierta escena protagonizada por Tyrion y Sansa!
P.D. Todo esto viene a cuento del artículo sobre la historia de los freakshows que leí en Priceonomics. ¡Se lo recomiendo!
Menudo préstamo cinematográfico, je je 🙂
Esto me recuerda el post de Dave Winer sobre cómo las posturas sociales aceptadas cambian, y cambian a menudo de forma muy rápida. Seguramente hubo personas que en un momento disfrutaron con esos espectáculos sólo para descubrir que dos-tres años después ya no lo disfrutaban.
La decadencia de los freakshows parece que estuvo vinculada en parte al desarrollo de la ciencia. Al conocer las causas biológicas de las condiciones de los artistas, la narrativa que se creó alrededor de ellos -porque se inventaron cuentos de lo más variopintos, de unos que eran una especie recién descubierta, un eslabón entre el mono y el hombre, de otros que fueron criados por lobos, etc.- dejó de funcionar y la emoción que despertaron fue cada vez menos de fascinación y más de pena.