La práctica deliberada es la práctica que está enfocada a ir más más allá del nivel actual, es decir, más allá de la zona de confort.
Cuando se habla de práctica deliberada es necesario mencionar los trabajos del psicólogo sueco Anders Ericsson. Ericsson creó un modelo de la maestría en el que uno se hace experto o especialista en algo no por el talento natural que tiene sino por la cantidad y la calidad de práctica que realiza.
Cantidad de la práctica
En cuanto a la cantidad, según Ericsson hacen falta 10.000 horas de práctica para hacerse experto en algo. Estudiando violinistas en la Academia de Música de Berlín descubrió que todos empezaron con unas 3 horas de práctica a la edad de 5 años pero para la edad de 20 los músicos de primer nivel acumulaban 10.000 horas, los músicos buenos 8.000 y los músicos normales unas 4.000 horas.
Calidad de la práctica
La práctica deliberada abarca dos tipos de aprendizaje: (1) mejorar las habilidades que ya tenemos y (2) expandir el ámbito y el alcance de nuestras habilidades. Estos dos tipos de aprendizaje requieren de tal concentración que sólo es posible dedicarle un tiempo bastante limitado cada día.
Si practicas con tus manos, nunca es suficiente tiempo. Si practicas con tu cabeza, dos horas son abundantes.
—Nathan Milstein
Podemos hablar, por tanto, de práctica deliberada cuando se cumplen las siguientes condiciones.
- La tarea que tenemos delante supone un reto alcanzable. Nos nos aburre pero tampoco nos abruma.
- Cada tarea tiene su objetivo. No estamos simplemente trabajado, estamos trabajando en conseguir algo concreto.
- Buscamos y recibimos feedback, sea de nosotros mismos o de otra persona, para cada tarea que completemos.
El que haya alcanzado el nivel de experto, ¿es experto para siempre?
Descuidar la práctica deliberada es muy fácil. Personas que son muy buenas en algo pueden pasar a dar respuestas automáticas o basadas en la intuición si el contexto no les permite seguir retándose con casos atípicos y situaciones nuevas. Al mínimo descuido, los sesgos empiezan a campar a sus anchas. Y con la edad, más. Lo bueno es que con la práctica deliberada se puede prevenir y para ello no faltan evidencias.
El talento, ¿un mito?
Ericsson no descubrió ningún experto que no haya realizado al menos 10.000 horas de práctica deliberada ni ninguno que las haya realizado y no haya alcanzado el nivel de experto. ¿Quiere esto decir que el talento natural no importa? No exactamente. El talento natural o personalidad podría estar detrás de estar dispuestos a ponerse a practicar en primer término. A quien no le gusta tocar el violín difícilmente será capaz de dedicar el tiempo necesario para convertirse en experto violinista, ya que se le ocurrirán otras cosas que le atraen más y dedicará su tiempo a éstas y no a tocar el violín.
Práctica deliberada vs inmersión
Mientras la práctica deliberada es efectiva para alcanzar la maestría en ciertos ámbitos, para cultivar la creatividad probablemente funcione mejor el aprendizaje por inmersión.