Dos formas de alfabetizar(se)

Región Ribbonfarm

La semana pasada estuve en una charla sobre alfabetización digital que fue la inspiración del post Alfabetización sin apellidos en este blog. Todo el rato en la charla se daba por supuesto, y yo también lo hice en el post, que alfabetización significaba saber leer y escribir.

Pero esto no es la única definición de alfabetización. Uno de mis bloggers favoritos habla de que antes de la era industrial, con su masificación de productos de imprenta y la aparición de los medios de masas, también podemos hablar de alfabetización. En aquel entonces, muchas personas no sabían leer y escribir pero no por ello eran analfabetas. Cualquier bardo, cantaor o abuela que contara historias, muy pocas veces sabía leer y escribir. Pero sabía exponer y también sabía condensar significados. Usaba la lengua de una forma sofisticada, abstracta, creando nuevos mundos y verdades. Y luego recreándolas. Y, al volver a contarlas, remezclándolas con otras historias. Sin versión canónica.

Esta es pues otra definición de alfabetización: saber exponer y condensar con la lengua como herramienta. ¿No resulta mucho más útil y esclarecedor que «saber leer y escribir», cosas estas últimas dos que tan fácilmente se vuelven habilidades mecánicas e instrumentales?

Una definición que, de repente, ofrece un marco más adecuado también para hablar de alfabetización digital. La habilidad que se busca es la misma: saber exponer y condensar, dando forma y contenido a significados. Sólo que ahora con más herramientas al alcance de más personas y con lenguajes más allá de la lengua escrita e impresa, como el hipertexto, la lengua oral y los lenguajes visual y musical. Como ven, entre los lenguaje más allá, hay tanto anteriores como posteriores a la era de la imprenta.

¿Qué les parece esta definción? Si gusta, lean el post entero que la condensa (y condensar no necesariamente quiere decir que algo sea breve).

Lorem ipsum basurum

Klaus Wagensonner

Estoy practicando CSS con Codecademy. Me gusta bastante la experiencia. Una primera impresión: igual que visualizar la presencia y actividades de otros usuarios mejora la experiencia de interacción en entornos pensados para la colaboración y cooperación, visualizar los avances en sendas (tracks) de aprendizaje con medallas, mejora la experiencia del recorrido de la senda. Queda por ver si las medallas o cromos acabarán funcionando como herramientas de validación, como persiguen en la Fundación Mozilla. Como apoyo visual a la práctica autonóma los encuentro, sin duda, útiles.

Otra cosa que pienso en relación con los itinerarios de Codecademy, es que cuando la instrucción es que añadas o pongas, por ejemplo, -webkit-column-count: 3; no da lo mismo copipegarlo que teclearlo. Sobre todo cuando es algo nuevo, teclearlo supone una práctica de mejor calidad en términos de lo que se aprende, que copipegarlo. Es más real, implica una experiencia más profunda, por muy poco que pueda parecer la diferencia en el caso de un trocito de código tan pequeño.

Pensé esto al leer este finde Getting Real, el libro de los fundadores de 37Signals sobre desarrollo de aplicaciones web. En relación con el texto, el copy, insisten en que es tan parte de la interfaz como el resto de los elementos. No recomiendan el diseño en base al habitual lorem ipsum y parecidos pues el texto no es un elemento meramente visual –una forma– sino información que queremos que se lea o se escriba (en el caso de formularios). Para el proceso de tomar decisiones de diseño, escribir texto de verdad hasta puede suponer oportunidades de tomar mejores decisiones. Oportunidades que con el lorem ipsum ni siguiera aparecen.

You need real copy to know how long certain fields should be. You need real copy to know how tables will expand or contract. You need real copy to know what your app truly looks like.

As soon as you can, use real and relevant words. If your site or application requires data input, enter the real deal. And actually type in the text – don’t just paste from another source. If it’s a name, type a real name. If it’s a city, type a real city. If it’s a password, and it’s repeated twice, type it twice.

Sure, it’s easier to just run down the forms and fill the fields with garbage («jhjhsflkhsdg» «123jkgfjhsi» «lkjdkfny78») in order to plow through them quickly. But that’s not real. That’s not what your customers are going to do. Is it really smart to take a shortcut, when customers are forced to take the long road? When you just enter fake copy in rapid-fire fashion, you don’t know what it really feels like to fill out that form.

Do as your costumers do and you’ll understand them better. When you understand them better, and feel what they feel, you’ll build a better interface.

Podría haber copipegado esta cita. Pero lo he tecleado. 😀

Foto | Klaus Wagensonner

Alfabetización sin apellidos

Kim Tairi

El uso del concepto de alfabetización digital para el desarrollo de competencias que permitan a las personas desarrollarse en un mundo abierto y digital, desde siempre me ha parecido problemático. El caso es que, en mi mente, alfabetización está muy ligada a la comunicación textual, algo con lo que no debo de estar muy desencaminada ya que ayer mismo, en la presentación de un libro sobre el problema del que es coautor, Manuel Area vinculó la alfabetización con la capacidad de leer y escribir. Pero, además de con leer y escribir, también la asocio a aquello que se enseña y se valora en las instituciones de la sociedad industrial y que tiene mucho que ver con la externalización de la cognición en las instituciones. Y ahí es donde me surge la duda. ¿Seguro que queremos importar el concepto, adaptándolo al mundo en red?

Cuando se intenta, como en el libro que se presentó ayer, es inevitable darse cuenta de que no se puede adaptar sin más. Aprender a usar las nuevas tecnologías para alfabetizarse en lo digital, no dota a las personas de la capacidad de desenvolverse en la sociedad digital. Ni a los profesores a enseñar mejor. Ni a los padres a ser mejores padres. Estamos como estábamos pero, eso sí, en un entorno que nos pide, cada vez más, que cambiemos. Y lo pide cada vez con más ímpetu.

Es así que pensar sobre la alfabetización digital nos devuelve a las preguntas viejas, a los fundamentos. Comenté por aquí que en la escritura, la web suponía una nueva ocasión para recordar la importancia de la buena redacción y la buena edición. Pues también supone una nueva ocasión para redescubrir el proceso a través del cual las personas desarrollan sus habilidades y el rol de la comunicación en este proceso. Y si aprovechamos la ocasión para hacer las preguntas adecuadas, llegamos a la conclusión de que, para una exitosa «alfabetización digital» de las nuevas generaciones, los profesores y los padres lo que necesitan es comprender primero ellos mismos cómo funciona Internet como medio de comunicación y los padres lo que necesitan es ante todo… tiempo a pasar con los hijos.

Vengan de un estudio de la Fundación Telefónica, vengan de la UNESCO o de una de las miríadas de conversaciones sobre el problema, no son conclusiones con los que dar por terminada la indagación. En principio no estoy en contra de dotar a conceptos que ya no nos sirven, como alfabetización, de nuevos significados. Y entre estos nuevos significados para alfabetización, uno de los imprescindibles es despertar en las personas su faceta más creadora y menos pasiva, más hacker y menos tabletizada (por muy de moda que estén las tabletas). Lo pueden hacer las personas que, efectivamente, más tiempo pasan con «la persona a alfabetizar»: profesores, padres, pares o compañeros de escuela o trabajo.

Foto | Kim Tairi

Metáforas del aprendizaje: empujar vs tirar

Orden y caos

Hay dos formas de pensar sobre la propagación de ideas. La primera, que la propagación depende ante todo de qué influyente es la persona que difunde la idea. La segunda, que la propagación depende ante todo de qué influenciables son las personas expuestas a una idea. La segunda visión implica que para mover ideas en una determinada red de personas, es más importante conocer las dinámicas de la red que sus líderes, algo que Jose Alcántara relató hace poquito en el blog de Cartograf, incluyendo el desafío que esta idea presenta para el famoso Tipping Point.

En el ámbito del aprendizaje y la construcción de conocimiento (recordemos la diferencia entre los dos: el aprendizaje es el proceso que distribuye el capital cultural de una comunidad/empresa/sociedad, la construcción de conocimiento es el esfuerzo deliberado para aumentar el capital cultural de una comunidad/empresa/sociedad), hay una metáfora que me ha venido a la mente al releer el post de Jose. Se trata del push vs pull, del empujar vs tirar.

Empujar es enseñar en el aula siguiendo currículos predefinidos, montar e impartir cursos en sistemas de gestión del aprendizaje, comprar cursos prefabricados de proveedores de eLearning, enviar a personas a hacer prácticas en el extranjero siguiendo un guión estándar ideado por unas pocas personas.

Tirar es hacerle preguntas a un compañero, interesarse por lo que hacen otros en otros departamentos, investigar algo que nos resulta útil, conversar para compartir reflexiones, tener necesidad de saber más y decidir leerse un libro, seguir un blog y comentar, relatar el trabajo, tener un problema y buscar ayuda para solucionarlo.

Hoy en día pocos ponemos en duda que, tanto para distribuir como para construir conocimiento, tirar funciona mejor que empujar. Sin embargo, poco se hace de momento para facilitar el tirar o, al menos, para no entorpecerlo. Esto será así hasta que los incentivos subyacentes no empiecen a favorecer el tirar frente al empujar. Cuando esto suceda, creo que el Tipping Point y los influyentes funcionarán aun menos en el mercado.

Imagen | Fast Company

The Mongoliad, algunos personajes en su esencia

The Mongoliad

Tras una larga pausa de medio año, esta semana he terminado de leer The Mongoliad. He seguido hasta el final con la versión publicada por entregas. No coincide con la versión en forma de libro y no necesariamente es la que más les gusta a los autores, según leí. Pero era la que había comenzado, a la que le había cogido cariño y que me tenía hasta más enganchada que Juego de Tronos.

Como despedida, dejo aquí algunas citas de algunos personajes de la novela. Parafraseando a los autores, no son necesariamente mis personajes preferidos (aunque varios sí). Son las citas que tenía anotadas. Las negritas son mías. Ah, y hay un poco de spoiler. Poquito pero hay.

Lian

«So what do you think will become of the Empire?» he asked Lian.

Lian elegantly slid her arm into the sleeve of the robe. «Every empire decays, in time. They become old and corrupt, and fall apart, or they become soft and complacent, and are conquered by the young and ambitious.»

«Will the Mongol Empire suffer the same fate» he asked.

She paused, the sleeve of her robe pulled halfway up her arm, and gave him a raised eyebrow. It was a look she had given him many times during his studies, an expression that said: This question is not mine to answer.

Por cierto, he encontrado una ilustración de Lian de Mike Grell para el libro.

Gansukh

Tarbagatai nodded. «Anyone can shoot one arrow and hit one target.»

Gansukh smiled at the mountain man’s tone. Respectful, and yet slightly challenging at the same time. Tarbagatai hasdknown who he was when he had approached , and he was certain the story of the deer in the Khan’s garden wasn’t the only story that had been passed around. The cup at the Khan’s feast. The wrestling match with Namkhai. His on-going feud with Munokhoi. All of these stories contributed to his reputation among the Imperial Guard, but every member of the Guard had been hand-picked for their own prowess and reputation. Stories meant little; actions counted for more.

Kim

He’d dreamt of the possibility of freedom, or at least dying in the act of attempting to secure his freedom, and now, he could not quite believe his dream had come true. The rage he had expected to be oursing through him was stangely absent. As he stood free of the cage, he felt only an all-emcompassing certainty of purpose.

Cnán

«Next time»—he sank back down—can we pick a trarget closer to home?»

Cnán caught Raphael looking at her, an oddly gentle look in his eyes, and she gave him a wistful smile before ducking her head and kneering her horse lightly to get it to trot a little faster. Home, she tought, Where is that for a lost little leaf like me?

Styg

Their inability to communicate effectively was just going to make matters more complicated. In battle, the side that had to do the least amount of communicating up and down the line was the side that operated most effectively.

Raphael

They knew the only way to complete any journey is to focus on the ground in front of them. Place one foot, and then the next. Do not look at the unmoving horizon or the immobile sun. One step at a time. A Shield-Brethren can always take one more step.

Feronantus

Each of our lives have no intrinsic value, Feronantus had replied, quoting one of the old maxims inflicted upon all the trainees during their first year of lessons at Petraathen. Except that which we give them by our deeds, and by how our comrades remember us.

Haakon

Haakon lay back down on the floor of his cage, and after a few moments of trying to find comfortable position on the unyielding floor, he fell asleep.

A plan always quieted the mind.

Y otra:

If they were discovered…

It was best not to worry about such possibilities. They were committed to their course of action now, and as fraught as the spontaneous plan was, they were actively attempting to escape.

Ocyrhoe

She tried very hard no to rely on the cup’s light or warmth to feel safe, but the nights when she fell asleep hugging the Grail were the nights she was without fear or anxiety. Those were the nights when she knew what she had to do.

En sueño del CEO de Linkedin: cruzar a nivel mundial competencias demandadas y talento disponible

LinkedIn

“This may be five to ten years away,” Weiner says. “But there could be data on every economic opportunity, every skill required to get those jobs and every company offering those roles. There could be a professional profile for every member of the 3.3 billion people in the global workforce. If that economic graph existed, imagine all the friction coming out of the system as those connections are forged.»

(«Podría estar a cinco o diez años vista,» dice Weiner, «pero podríamos tener datos de cada oportunidad económica, cada habilidad demandada para conseguir esos trabajos y cada empresa que los ofrece. Podríamos tener un perfil profesional de cada una de las 3,3 mil millones de personas que forman la fuerza de trabajo global. Si este grafo económico existiese, imagina la fricción abandondando el sistema conforme se forje cada relación.»)

Vale la pena leer el artículo de George Anders que publica Forbes (yo lo descubrí vía La Vigilanta) pues cuenta la historia de la empresa cuyo producto es usado por muchos —usuarios y reclutadores— como principal herramienta para la movilidad profesional y geográfica. Estamos ante el estado del arte en intermediación laboral. Que el sueño todo-abarcador de su CEO sea deseable más allá del punto de vista puramente empresarial, ya es otra cuestión. Lo que pienso que es deseable es que sus usuarios hablen de ello, y mucho. Por eso recomiendo leer el artículo.

Libro de gestión personal de conocimiento: crowdfunding en jarche.com

Foto de Harold Jarche

Es la primera vez que participo como mecenas en un proyecto de crowdfunding: el de Harold Jarche para financiar la elaboración de su libro sobre gestión personal de conocimiento. Llevo leyendo su blog desde hace casi un año, casi cada semana. Sé que va a escribir algo que me va a gustar y que, además, creo necesario. Financiar el proceso de elaboración entre una variedad de mecenas a cambio de la liberación del libro una vez escrito, me parece un buen trato.

No sé, por cierto, hasta qué punto este funding es crowd, pues en relación a Harold Jarche no me siento parte de una multitud o colectivo. La atención sostenida en el tiempo que supone seguir un blog y mantener conversaciones en comentarios da como resultado, creo, una relación de cierta cercanía. ¿Será que la crowd del crowdfunding se construye en las plataformas? ¿O seré yo que me incomoda contemplarme como parte de una multitud?

Respuesta a la consulta pública sobre la calidad de las prácticas en el extranjero

consulta pública sobre la calidad de las prácticas en el extranjero

Hará mes y medio que comentamos por aquí la consulta pública que la Comisión Europea ha abierto sobre la calidad de los períodos de prácticas en el extranjero. Personalmente, tenía intención de responder las preguntas de la consulta. Por fin he podido hacerlo —ya era tiempo pues se acerca el plazo, el 11 de julio— de modo que a continuación comparto las respuestas. Para entenderlas bien, es necesario una lectura previa: la del documento de trabajo de la Comisión Europea que esboza propuestas para mejorar la calidad de los períodos de prácticas. Cualquiera que lo lea, estará en condiciones de responder también las seis preguntas de la consulta. Desde aquí animamos a todos a que lo hagan.

Vamos con el cuestionario pues.

¿Existe una necesidad de tomar medidas a nivel europeo respecto a la calidad de los períodos de prácticas?

Sí porque los períodos de prácticas de los programas europeos lo financiamos entre todos, de modo que hay un interés común en que sean una herramienta efectiva de desarrollo de competencias para la persona y de conocimiento para la comunidad.

¿Cuál debería ser el alcance de unas medidas así?

Debería involucrar a todos los actores interesados: las personas en prácticas, los responsables de las empresas y organizaciones que las reciben, los tutores que apoyan al practicante, las empresas y organizaciones que envían a personas a practicar y las que organizan las prácticas. Debería haber múltiples agendas públicas paralelas que alimenten discursos de la calidad de los períodos de prácticas de forma continua a los que aportan, porque lo sienten suyo, el mayor número de interesados posible. La Comisión Europea podría tener su papel tanto en que existan estas agendas múltiples como en que se interconecten.

¿Qué forma deberían tomar estas medidas?

La forma más descentralizada posible y, al mismo tiempo, la forma más conectada posible. Aparte de instrumentos y medidas administrativas, se necesitan ejemplos y relatos para cada elemento que influye en la calidad. Ejemplos y relatos que ayuden a los actores a definir sus propios criterios de calidad. Pese a la Carta Europea de Calidad en la Movilidad, sigue habiendo proyectos en los que las personas viajan al extranjero sin saber en qué empresa van a practicar y, por tanto, sin poder prepararse en condiciones. Este tipo de malas prácticas no se eliminan con normas más rígidas y centralización, sino con culturas y discursos que las desincentivan.

¿Son relevantes los elementos para un marco de calidad de los periodos de prácticas que propone el documento de trabajo?

Son relevantes pero incompletos. Están demasiado enfocados a las medidas administrativas (contratos, derechos, obligaciones). Éstas son suficientes para evitar abusos pero no para avanzar en la calidad. Las cosas que hacen que las prácticas sean buenas de verdad —el proceso de establecer objetivos, la relación entre practicante y personas que lo apoyan— en el documento de trabajo han quedado en segundo plano.

¿Qué otros elementos propondría?

Propondría dos.

  1. El grado de responsabilidad asumida directamente por los protagonistas naturales de los períodos de prácticas —la persona que practica y la empresa u organización que le proporciona el entorno y apoyo para hacerlo— como indicador de la calidad. Cuántas más decisiones sean tomadas por estos protagonistas de forma directa, más cumplirán las prácticas su función de desarrollo de competencias para la persona y generación de conocimiento para la comunidad (empresa u organización).
  2. La liberación de conocimiento al procomún como un criterio de evaluación de las propuestas de proyecto. En el marco de los proyectos de prácticas en el extranjero se genera conocimiento. Si no se comparte, se pierde tanto para los que lo generaron como para otros posibles interesados.

Cualquier comentario adicional

Al tratarse de programas cada vez más grandes, hay cada vez mayor riesgo de sobreburocratización y sobrecentralización. La consecuencia de éstas no sólo es un acceso más difícil a los fondos por parte de los actores más pequeños sino también una excesiva atención prestada a asuntos administrativos. Atención que, si queremos mejorar la calidad de las prácticas, deberia enfocarse en otros detalles de las mismas.

Foto | Ikhlasul Amal

Contrato de becario vs período de prueba

Worldskills

Hoy, en el blog Avanza en tu Carrera han publicado un interesante post sobre el contrato de becario, escrito por Borja Ventura. He comentado en el post, pero mi comentario —aunque el WordPress avisa de que ya está enviado— no aparece. De modo que lo publico aquí.

Borja habla de cómo el contrato de becario, en un principio pensado para apoyar la transición de la persona entre escuela y empresa, se viene usando con otros fines. Por ejemplo se usa aun si la persona ya tiene experiencia en el mercado laboral. O como vía para entrar en la empresa, sin estar ligado a unos objetivos de formación.

Yo he comentado que el concepto de becario implica otra posibilidad —casi invitación— más de perversión: la de pensar que sólo los becarios, y no todos, necesitan formarse, es decir, estar rodeados de una cultura que facilite el desarrollo de conocimiento nuevo y donde todos suman. En una cultura así, lo que interesa es que una persona nueva pueda sentir cuanto antes que pertenece y aporta a esa cultura. Cualquier diferenciación entre personas en base a conceptos administrativos —contratos de trabajo, horarios— es, por tanto, contraproducente. Me pregunto qué ha pasado con el período de prueba como ese tiempo que sirve para saber si la nueva mezcla de personas funciona, pues implica mucha menos diferenciación que el contrato de becario.

Actividad extractiva, búsqueda de rentas, depredación

Denominaciones del fenómeno que un buen día llevó a un frutero árabe a la desesperación. Lo trata John Kay en su post de hoy en que recuerda la Primavera Árabe, a Luis XIV, a los Stuart para terminar con la siguiente advertencia.

The boundary between predatory and productive activity is sometimes hard to define, but it is necessary to be ever vigilant in policing it. Before we congratulate ourselves on our free-enterprise system, we should recognise how vulnerable our own societies are to extractive activity.